La víctima del crimen de Oviedo fue agredida sexualmente y recibió una paliza brutal

«Todas las líneas de investigación se encuentran abiertas», recordaron ayer las fuentes oficiales, si bien la principal hipótesis de los investigadores es que el autor de los hechos ha sido un cliente de la moldava, de 44 años y afincada en Oviedo desde hacía más de una década, que ofrecía servicios de escort.

Esta tesis -la del trabajo sexual, previamente indicada por algunos de los residentes de la zona a los policías-, la pudieron confirmar los agentes después de hallar el domicilio de la víctima dos teléfonos móviles. Uno de ellos era su terminal de uso personal. El otro, el que utilizaba para gestionar las citas diarias y atender a sus clientes, y del que podrá salir un sospechoso. También encontraron otros objetos y materiales de índole sexual.

Con el objetivo de acelerar las pesquisas, y aún en el seno del secreto de actuaciones dictado por el Juzgado de Instrucción número 3 de Oviedo, la Policía Nacional ha constituido un grupo multidisciplinar de trabajo, en el que participan agentes de las brigadas de Policía Judicial y de Policía Científica de la Jefatura Superior de Asturias, junto con investigadores de la sección de Homicidios de la Comisaría General de Policía Judicial, y técnicos de la sección de inspecciones oculares de la Comisaría General de Policía Científica.

Estos últimos, llegados a la capital asturiana ayer desde Madrid. Según expusieron las mismas fuentes, «son especialistas en el tratamiento de la escena del crimen, utilizando técnicas avanzadas en el descubrimiento, revelado, reproducción, transporte y conservación de huellas, señales, rastros o indicios obrantes en el lugar de los hechos, para su posterior tratamiento y análisis en los laboratorios policiales».

Además del análisis exhaustivo de la escena, del vaciado y rastreo de los teléfonos de la mujer, en favor de un hipotético esclarecimiento de los hechos se encuentra que en el edificio donde vivía Tatiana Coinac, 'Tania', existen cámaras apuntando a la puerta del ascensor.

Los refuerzos madrileños llegaron ayer al piso de la fallecida a eso de las once menos cinco de la mañana con la misión de realizar una segunda inspección ocular en busca de algo que podría haberse pasado por alto en un primer momento. Al menos seis de esos agentes de las brigadas especiales salieron de una furgoneta plateada sin rotular minutos antes, pertrechados con grandes mochilas y el resto de equipamiento. El vehículo permaneció aparcado en la rotonda de la calle Ámsterdam que distribuye el tráfico a la calle Méjico y al HUCA hasta bien entrada la tarde. Los efectivos, en el edificio, enfrascados en la escena del crimen. Y, por lo pronto, los agentes tienen orden de quedarse en la ciudad hasta que se dé con la identidad del autor o autores del crimen de Tania.