«No te puedes fiar de nadie en esta vida», recordaba la mujer a sus amigos

Ese, precisamente, era el local donde la moldava adquiría cada pocas semanas las más de veinte pelucas rubias que tenía en su piso como una colección y que le gustaba lucir. Se hizo clienta del negocio, situado en la acera de enfrente a su bloque, en noviembre.

Allí mismo, ayer se mostraron «sorprendidas de la doble vida» de la mujer. Esta les había contado que trabajaba cuidando a ancianos en una residencia de mayores del Naranco; no obstante, en ninguna de las dos que existen tienen constancia de ella. También contaba que vivía en el piso -el que habría comprado después de «ahorrar mucho»- con su madre y la pareja de esta. Si bien, la progenitora vive en Benicarló, Castellón. Desde allí llamó para alertar a la Policía -lo hizo en varias ocasiones hasta que le tomaron el nombre- de que había perdido el contacto con su hija después de todo el fin de semana tratando de localizarla. Hasta el domingo por la mañana, cuando los agentes se encontraron con la escabrosa escena.

Ya en la zona, tras pensar en un primer momento que se podría tratar de un suicidio al hallar una nota en el coche de la moldava que finalmente se comprobó que incluía una oración cristiana y no una nota de despedida, comprobaron que aquello no se trataba de una muerte natural.

Mientras tanto, la actividad policial en la zona no ha cesado desde el domingo. Dos agentes montan guardia en todo momento, con cambios de turno, en la puerta de la vivienda de la víctima para evitar cualquier tipo de interferencia en la investigación policial.