La revisión del Plan General plantea hacer obligatorio que las viviendas tengan terrazas

¿Y si levantamos la vista del suelo? La revisión del Plan General incluye la adaptación del documento vigente, aprobado en 2006, a la legislación actual. Son tiempos distintos. El ordenamiento aprobado hace 15 años, se cocinó al calor de la mayor burbuja inmobiliaria y crediticia de la historia, la que dio pie a la Gran Recesión. Del cambio climático hablaba por entonces, y no muchos le escuchaban, solo Al Gore. Hoy, con la electricidad por las nubes y en medio de una compleja transición energética, las prioridades y la legislación son muy distintas. El nuevo plan general trasladará el decreto de Habitabilidad en Viviendas y Edificios Destinados a Viviendas del Principado con sus previsiones sobre eficiencia energética, luminosidad o patios mínimos, pero quiere ir más allá. «Se considera que en algunos aspectos se puede incidir aún más en aras de una optimización de habitabilidad, confort y calidad ambiental», señala la memoria del documento de prioridades. Entre otras cuestiones, «hay que volver a reconsiderar el uso de las terrazas», indica el equipo redactor, que propone que sean incluidas «de forma obligatoria en las ordenanzas de edificación».

Es una de las tendencias del mercado -ya lo era antes de la pandemia- y el futuro plan general establecería unas «medidas y superficie que las hagan practicable» y permitan «ir pensando en los cambios futuros de ocupación y disfrute de las viviendas».

La propuesta forma parte de una serie que intenta profundizar y adelantar las nuevas necesidades de habitabilidad, pero también de eficiencia energética y de salubridad. En la misma línea, los redactores plantean acabar con los tendederos cerrados, «sin ventana, vano u otra ventilación y soleamiento suficiente para secar la ropa de un modo aceptable». Sostienen que «parte de estos se han ido convirtiendo en 'laundry rooms' (lavanderías), más propios de otros países, donde se concentran lavadoras y secadoras» y destacan el alto consumo energético de las últimas. De hecho la normativa regional, solo permite prescindir del tendedero en viviendas a cambio de la instalación, incluida en el presupuesto, de secadoras de eficiencia energética A como mínimo. Por ello, unido con la medida anterior, el plan general incluiría «ajustar las normas para fomentar instalar terrazas o balcón-tendedero», pues puede «habilitar una mejora sustancial en reducción del consumo de los hogares».

En una tierra donde el Sol es una estufa de butano, los redactores señalan como «uno de los vicios de la construcción reciente es la proliferación de viviendas que solo miran fuera desde una fachada». Una distribución que provoca «un doble efecto nocivo: escasez en el soleamiento de aquellas viviendas orientadas a hacia cualquier punto cardinal diferente del Sur, llegando a su máxima expresión cuando la única fachada está orientada al norte» y una «ventilación deficiente». No hace falta buscar mucho. Diseños urbanos como el de La Florida han dejado decenas de viviendas en la penumbra y mal ventiladas. Todo redunda en mayor gasto energético en calefacción, aire acondicionado o deshumidificadores y problemas de salubridad como la aparición de humedades, «por algo donde la solución constructiva (inicial) resultaría sencilla».

Las normas de habitabilidad ya obligan a que todas las viviendas cuenten con al menos una fachada orientada hacia el Este, Sureste, Sur, Suroeste u Oeste, pero, «para añadir una mejor ventilación, se propondría la revisión de las ordenanzas de vivienda residencial abierta y residencial cerrada (RA y RC, respectivamente, del PGOU vigente) para favorecer que el diseño de esta implique que las viviendas presenten en la medida de lo posible dos orientaciones» y con ello más horas de luz solar directa y una mejor aireación.

Son cambios a futuro. Medidas que afectarán a las nuevas viviendas y contribuirán a reducir las necesidades energéticas de las casas -en la misma línea se estudia proponer tejas fotovoltaicas o permitir minigeneradores eólicos en las cubiertas- y a mejorar su habitabilidad, pero también hay sugerencias para que la rehablitación de edificios genere ventajas similares. Los redactores proponen que se permita aumentar el vuelo sobre las vías públicas en la reforma de edificios, «para crecer fuera de las alineaciones con vuelos en terraza e invernaderos captadores», una medida que creen «permitiría favorecer la reforma frente a nueva planta».