![«Lo que prima aquí es la clientela fiel»](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2023/12/11/89820539--1200x840.jpg)
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Antiguamente conocida como calle Comandante Vallespín, rebautizada en 2017 como calle Gloria Fuertes -en honor a la poetisa madrileña en 2017 tras la aplicación de la Ley de Memoria Histórica- y más recientemente Miguel Ángel Blanco, casi podría pasar desapercibida entre las grandes Valentin Masip y Argañosa. Sin embargo, aunque su nivel de comercio no se equipara con las que la rodean, sí gana en lo más importante: la confianza de sus parroquianos.
Prueba de ello es la Peluquería Luis, a cargo del ovetense Luis González, cuyos clientes le siguieron hasta su negocio cuando decidió abrir uno propio «por circunstancias de la vida». «He sido peluquero durante 39 años y llevo 10 años y medio en este local», detalla mientras corta el pelo a uno de sus clientes «de hace más de treinta años». A pesar de que sabe que «este trozo de calle no es muy bueno», no se arrepiente de su elección, puesto que lo escogió precisamente «porque estaba cerca de donde ya estaba, para que los clientes no tuvieran que recorrer muchos metros».
Un poco más adelante, en la tienda de ropa y complementos Lunettes, Paula Jardón confirma la importancia de la confianza. «Lo que prima aquí es la clientela fiel, yo ya tengo una fijada», declara feliz. Durante 15 años, recuerda, trabajó como teleoperadora, «hasta que ya no pude más». En 2015 decidió intentar perseguir su sueño de abrir una tienda, pues siempre le gustó «el mundo de la moda y el tema de la ropa».
Así fue como se lanzó a utilizar un local que, afortunadamente, ya era de la familia y, desde entonces, ha echado raíces. «Como estamos en la zona de Masip, algo nos llevamos de refilón. Además, la gente de aquí es gente mayor que no quiere bajar al centro a hacer sus compras, prefieren quedarse cerca de casa y no moverse mucho. Comprar en las tiendas de barrio», asegura esta ovetense. De hecho, ya lleva unas semanas vendiendo regalos de Navidad por adelantado, feliz de ser «la primera elección».
Otro ejemplo más de seguir a los comercios allá a donde vayan es la tienda de Informática Vetusta. Regentada por los socios Marcelo Birsan y Javier Menéndez, ambos cumplirán un año al servicio del barrio en marzo de 2024. «Llevábamos muchos años trabajando en una empresa de informática y con la pandemia no iba bien la cosa, así que decidimos abrir por nuestra cuenta», detalla Birsan.
Su primer año, aseguran, ha ido mejor de lo que esperaban; motivado no sólo por «el movimiento de gente que viene de Valentín Masip», sino por los clientes que les siguieron hasta allí, donde ya empiezan a echar raíces. «Esta es una buena calle, más económica y equilibrada que Masip», concluye Birsan.
Más adelante, en la Mercería Ideas, Hilda Abad atiende a la veteranía del barrio en ganchillo y costura, con un negocio que «lleva más de 20 años aquí». Ella, según declara, es costurera con «muchos años de experiencia» a la espalda y un sueño de hace tiempo de «montar su propio negocio». En verano hará tres años que cogió el local «de traspaso» y, desde entonces, esta venezolana afincada en Oviedo no ha parado.
«La calle está bien, con algunos días más movidos que otros, pero con clientela muy fiel, sobre todo gente mayor», asegura. Mientras despedía a una de sus parroquianas, ella misma preguntaba, «¿para qué bajar a un centro comercial si puedes comprar en tu barrio?».
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Equipo de Pantallas, Leticia Aróstegui, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández y Mikel Labastida
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
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