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Luisa María Areces y Ángel Carrocera en la casa de comidas. FOTOS: PABLO LORENZANA
Esencia del Camino y entrada a Oviedo

Esencia del Camino y entrada a Oviedo

Situado entre dos puertos y a 8 kilómetros de Oviedo, Olloniego cuenta con cerca de mil habitantes y un pasado que quiere hacer futuro

COVADONGA DEL NERO

Lunes, 19 de septiembre 2022, 01:28

A ocho kilómetros de Oviedo ciudad, y a nueve de Mieres, la parroquia de Olloniego se levanta como uno de los pueblos con más habitantes. Roza el millar de vecinos entre sus viviendas -a pesar de contar con muchas de ellas vacías- y tiene historia para largo. El pueblo es esencia del Camino Real de la Mesa, una ruta de origen prerromano; del Camino de Santiago, y era el acceso y entrada a Oviedo cuando no existía la autovía. Situado entre dos puertos, se encuentra en una especie de vaguada y fue «campo de batallas» durante siglos, como explican orgullosos sus vecinos.

Unos habitantes que consideran que todo ese pasado, al que hay que sumarle el conjunto histórico y el castillo más antiguo, Picu Castiello, puede ser la clave de un futuro que actualmente, sin inversión y mejoras en todos estos vestigios de la historia, se ve oscuro para la localidad. El conjunto histórico, reconocido Bien de Interés Cultural (BIC) parece que comienza a ver luz con el proyecto municipal que lo rehabilitará; pero los vecinos quieren que el castillo -8.500 metros cuadrados sepultados- sea uno de los siguientes objetivos de las instituciones, para fomentar la llegada de visitas y colegios.

Olloniego vivió durante siglos de la agricultura -lino, vino y sidra-, ganadería y pesca -salmón, trucha...-, pero también de la lavandería. Las mujeres de la parroquia lavaban las ropas de la burguesía ovetense y la tendían 'al verde'. Aún hoy pueden verse aquellas imágenes de entonces, que acabaron siendo un recuerdo con la llegada del carbón, ya que trajo consigo la contaminación de los ríos y la imposibilidad de poder lavar en sus aguas.

Olloniego fue tierra de multitud de minas, en un principio pequeñas y muchas, para después el dominio de Hunosa. También hornos de cok y multitud de negocios que florecieron a partir del carbón. Llegó a haber más de una veintena de bares y restaurantes, multitud de tiendas de ultramarinos, en unos años de prosperidad que, con el fin de las minas, acabó en decadencia. En la actualidad, son cinco locales hosteleros, tres tiendas de ultramarinos, dos peluquerías y un salón de belleza. También el centro de salud, pero buscan conseguir su biblioteca.

«Los domingos eran como el Día de América en Asturias»

Comenzaba la década de los años cuarenta del pasado siglo cuando Luisa y Alfredo decidían emprender en un local ubicado en la carretera de Oviedo A, número 87. Allí abrieron su casa de comidas, un restaurante que perduraría más de ochenta años, yendo de generación en generación. Tras los emprendedores recayó en manos de su sobrina, Rosa María Carrocera, quien recuerda todos los cambios que la tenido la localidad a lo largo de los años. En la actualidad es Luisa María Areces, tercera generación, quien lleva el negocio familiar. «Olloniego cambió muchísimo, recuerdo que antes era como un día de San Mateo y los domingos, como el Día de América en Asturias», compara, en cuanto a cantidad de gente.

«Había varios pozos de minas, hornos de cok, tejeras... y ahora ya no queda nada», lamenta Carrocera, entristecida por el paso del tiempo. Recuerda las zonas de baile y los cines. «La gente vivía y disfrutaba de sus momento s de ocio aquí, sin irse», comparando con que ahora «es una ciudad dormitorio, la gente trabaja fuera y la mayoría de esos locales han cerrado».

Además, resalta que «tenemos el Picu Castiello y el Picu Escobín, el más alto de Oviedo». Para esta vecina «de toda la vida», Olloniego «tiene muchísimo potencial, vivimos bastantes vecinos para ser un pueblo, pero necesitamos que no nos olviden». Además, asegura que «la comunicación con Oviedo es increíble: tenemos TUA cada media hora, tren, también autobuses a Mieres...». Por si fuera poco, «somos muchos los que llevamos viviendo aquí toda la vida, pero también ha llegado mucha gente nueva, mucha de ella joven».

Una gente joven que no ha hecho más que adaptarse a la vida en Olloniego, un lugar «cerca de la naturaleza, en el que no tenemos problemas, es pacífico y tranquilo», en palabras de una de esas vecinas que lleva toda la vida viendo cambiar a su pueblo.

«Aquí se hace una vida muy de pueblo, nos conocemos todos»

Antes de la pandemia, Dalia Morán trabajaba por cuenta ajena en un local hostelero de Olloniego, aunque no vivía allí. En ese empleo conoció a Yaiza Velasco, natural de la localidad, y tras la crisis sanitaria -y con ella la imposibilidad de su jefe de mantener el puesto de trabajo de Morán-, ambas decidieron emprender aprovechando «que el local en el que estamos ahora se estaba reformando y nos recomendó ese mismo jefe». A Velasco «la conocen de siempre. Los vecinos y amigos la vieron crecer»; algo que consideraron «un plus para poder emprender en una zona que llegó a tener veintitrés bares».

Así, el 1 de septiembre de 2021 decidieron abrir Trasgu, en la avenida Príncipe de Asturias, número 64. «Cuando abrimos no queríamos ser demasiado ambiciosas, preferíamos ir poco a poco porque es una zona donde la gente tiene sus bares ya, pero se han superado las expectativas». El motivo no es otro que «aquí se vive una vida muy de pueblo, la gente hace sus rondas por todos los bares y cada uno de los locales es diferente». Más que una competencia, una actividad hostelera complementaria.

«A la gente le gusta mucho salir por aquí a disfrutar y socializar en el bar», aseguran. De hecho, tanto es así que «los domingos, desde que terminó la pandemia, aquí se ve bastante ambiente, aunque no sea lo que fue en el pasado». Precisamente fue a partir del coronavirus, ya que «mucha gente de Oviedo descubrió Olloniego cuando no se podía salir del concejo, con su naturaleza y su río». Eso sí, «por semana es mucho más tranquilo».

«Esto pertenece a Oviedo y se nota en que en apenas diez minutos puedes estar en el centro de la capital, aprovechando el enlace por la autopista», destaca, pero si no tienes coche, «el autobús y el tren también tienen buenos servicios». En resumen, Morán y Velasco aseguran que fue «una gran» decisión abrir en Olloniego.

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