La Edad Media a partir de su vestuario

Maite Capín es una de las diseñadoras de trajes de época más sonadas, conocida por ambientar la famosa serie 'Juego de Tronos', de lo que alardea en tono de broma. No por haber participado en esta súper producción, sino por haber hecho que todos los actores y demás miembros del rodaje «ubicaban Ventanielles y Asturias». Y como hasta los reinos de Invernalia consiguió llevar su 'tierrina', ahora vuelve a ella para mostrar con ocho trajes de la época la vida de los primeros peregrinos del Camino de Santiago. Para empezar, resumió ayer, «hay que empezar por el primero, Alfonso II el Casto». El vestuario «es muy colorido, con tonos llamativos, a partir del uso de arándanos y fresa», porque en aquella etapa «cuanto más alta era la clase social más coloridos eran sus ropajes». Hasta el último detalle está pensado, estudiado y documentado. Aunque de la corona «poco o nada hay escrito» y decidió hacerla «no muy pesada».

El más llamativo es el traje de esos primeros viajeros que cargaban con la vieira para «demostrar de alguna manera que eran peregrinos porque, si les acusaban de algún delito, su palabra valía el doble». Por los largos caminos que realizaban, también bajo la lluvia, tendían a vestir con lanas y lino para intentar paliar el frío. Capín contó ayer en la presentación de la muestra en el Centro de Interpretación del Prerrománico Asturiano, como curiosidad, que «impermeabilizaron con cera de abeja para que resbalara el agua».

En total son ocho vestimentas, completadas con los templarios de la Orden de Santiago, un caballero medieval con su cota de malla de casi treinta kilos, una dama perteneciente a la nobleza con su túnica, un monje franciscano, un monje negro de Cluny y hasta un niño. Una muestra gratuita que acerca a niños y familias aquellos tiempos con visita una guiada, hoy a las doce del mediodía, con la propia Maite Capín, pero también con varios talleres y conferencias organizados en los próximos meses. En la presentación, también estuvo presente Antón García, director general de Política Lingüística, y Clara García.