Oviedo inicia el plan de carriles bici con un trazado de 3,3 kilómetros entre La Florida y Las Campas

Cuarenta y tres mil trescientos quince euros y siete céntimos en pintura, señales nuevas, un sencillísimo plan de gestión de residuos y el pertinente documento de seguridad y salud -incluida la parte correspondiente en materia de impuestos, claro-. Ese es el dinero que se gastará el equipo de gobierno local, formado por el Partido Popular y Ciudadanos, para iniciar su ambicioso plan de carriles bici en Oviedo. Uno que aspira a cien kilómetros de sendas ciclables por toda la geografía urbana y que, por lo pronto, comenzará -tal y como ya había prometido el alcalde, Alfredo Canteli-, uniendo La Florida y Las Campas mediante 3,3 kilómetros de «ciclocarril». Así aparece nombrado en el diseño del proyecto, firmado por el ingeniero de caminos Antonio Álvarez Apellaniz, adjudicatario del contrato de asistencia técnica, el nuevo trazado de características «blandas». Esto -al menos así es como lo calificó el edil de Seguridad Ciudadana, José Ramón Prado, en junio-, porque consistirá en el pintado de rayas en el suelo y no en la construcción de una infraestructura de mayor entidad y calado como las que sí se prevén en otras zonas de la ciudad. En total, apenas tardará un mes en ejecutarse una vez esté adjudicado el contrato de obra.

Al detalle, el nuevo «ciclocarril» comenzará en la salida de la glorieta de Gabino Díaz Mechán hacia el Paseo de La Florida. Como este dispone de dos carriles por sentido, se introducirá un único carril bici por cada lado del paseo, y de un único sentido. Así, estarán ubicados en la zona exterior de la vía, delimitados con franjas de color blanco que dibujarán una suerte de corredor de dos metros de ancho, en paralelo a los aparcamientos en línea. Es decir, desplazará a los ciclistas, que actualmente deben transitar por el centro del carril -al tratarse de zona urbana-, al borde derecho de la calzada más cercano a los aparcamientos. Eso sí, el proyecto redactado hace hincapié en que los dos metros de anchura servirán para «garantizar el resguardo de seguridad respecto con las maniobras de aparcamiento en línea». En todo caso, los ciclistas compartirán la vía con el resto del tráfico motorizado, lo que obliga a limitar la velocidad con marcas de Zona 30.

En los planos, el carril discurre prácticamente en línea recta durante toda la travesía y se prolonga hasta la plaza de Rafael Somoano, en Las Campas. Aquí, en el tramo final, la calzada pasa a ser un carril por sentido, con aparcamientos en batería, y el corredor pierde medio metro de anchura. Lo mismo, pero al revés, ocurre después de la intersección con la calle Teverga, que pasa a dos carriles, permitiendo recuperar los dos metros.

Como particularidad, en las glorietas, se insertará el trazado en forma de «anillo», «de modo que permita tanto la continuidad de los tráficos ascendentes y descendentes como todos los giros», según establece el ingeniero de caminos en el documento. El trazado finalizará donde comience, en el entronque con la glorieta de la plaza de Gabino Díaz Merchán. Al inicio de cada tramo y después de cada intersección se colocará la debida señalización horizontal y vertical; esta última consistirá en un «complemento» a las marcas viales y constará de un cartel informativo.

Será, pues, el primer paso de un plan mayor. La red que imagina el gobierno local parte de la creación un anillo de carril bici alrededor del Oviedo Antiguo que funcione como una suerte de gran glorieta y que, desde ahí, conecte con los barrios. Hasta ahora, la única experiencia del gobierno en la implantación de sendas ciclables es la del carril pintado por toda la ciudad con motivo de la Semana Europea de la Movilidad, en 2020, y que se hizo viral por sus trazados inconexos.