Secciones
Servicios
Destacamos
ALBERTO ARCEROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Sábado, 10 de diciembre 2022, 01:29
En 2005, el Ayuntamiento aprobó una batería de cambios sustanciales en las fichas urbanísticas y los proyectos de la 'operación de los palacios', promovida por Jovellanos XXI, que dieron pie a la autorización de sendas grandes superficies en Buenavista y El Vasco. Un año después, ... el Principado levantó la prohibición de implantación de nuevos centros comerciales y concedió la licencia al entonces denominado como Espacio Buenavista, que fue inaugurado en 2008 y ha venido pasando de mano en mano, acumulando fracasos, desde aquel momento. Una galería de 40.000 metros cuadrados que se encargó de integrar al diseño del Palacio de Congresos de Santiago Calatrava el estudio de arquitectura TAU, y que ahora es propiedad del fondo de inversión inmobiliaria suizo Varia Structured Opportunities tras casi dos años en concurso de acreedores. La nueva propiedad pretende relanzar el Modoo de forma conjunta con el Ayuntamiento, dedicando sus dos primeras plantas a la creación de un recinto ferial complementario al Palacio de Congresos; y la tercera, convertirla en una zona de oficinas, comercial y con servicios públicos en la que también se podrá alojar una clínica, tal y como desveló EL COMERCIO en exclusiva. Una operación que desde el despacho del arquitecto valenciano han calificado como «esperanzadora para el futuro del complejo», en declaraciones a este diario.
No obstante, no es lo único que tiene que decir al respecto del edificio, en el que, más que el blanco Calatrava, lo que destaca ahora es la humedad, el óxido y las cosas rotas. Ocurre algo similar, aunque más acusado, en el interior de la galería, que ha ido acumulando desperfectos por falta de uso y mantenimiento a lo largo de estos casi cuatro últimos años cerrada. «Lamentamos y nos entristece el estado de abandono y descuido de la infraestructura y nada nos alegraría más que los nuevos ocupantes contribuyeran a que el edificio y el entorno pueda recuperar toda su actividad y mejore el estado tanto de la obra como de su entorno», sentenciaron las mismas fuentes del despacho de Santiago Calatrava.
¿Qué? El despacho de Calatrava lamenta el «estado de abandono y descuido» de su edificio en Oviedo.
Futuro Califican como esperanzadora para el futuro del centro comercial el desembarco de los nuevos propietarios.
¿Quién? El fondo de inversión suizo Varia Structured Opportunities ha firmado la dación en pago de la galería.
Tampoco se quedaron ahí y, como quien da por buena su propia profecía pasado el tiempo, manifestaron que, en todo caso, «creemos que es importante puntualizar que durante la fase de diseño, el señor Calatrava se opuso en todo momento a la inclusión en el proyecto tanto de un aparcamiento tan desmesurado como el que se realizó (para más de 1.700 vehículos), como de un centro comercial en este complejo, que en su visión original tenía un enfoque fundamentalmente cultural».
Ambos elementos (aparcamiento y galería comercial), continuaron desde el despacho del que fuera Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1999, «fueron finalmente incluidos por petición expresa de nuestro cliente, con el objetivo de maximizar la rentabilidad comercial del edificio». Una «clara muestra» de esa «oposición» al ahora malogrado Modoo «es el hecho de que nuestra oficina no participó en el proyecto de diseño del centro comercial ni tampoco del hotel que se añadieron al complejo», realizados por «otros arquitectos completamente ajenos a nuestro despacho».
Lo cierto es que, años más tarde, Jovellanos XXI vendería la galería por 130 millones de euros a la empresa holandesa Multi Development. Con Varia -propietario del gigante inmobiliario Stoneweg-, ya son cinco los dueños que ha tenido desde entonces y los motivos de su fracaso, diversos. Desde el despacho de Calatrava, la reflexión que hacen al respecto no es baladí: «Es importante señalar que un proyecto depende no solamente del arquitecto que lo diseña, sino también del cliente que lo lleva a cabo y más aún si ostenta un doble rol como promotor y como constructor, como fue en este caso».
La historia de Calatrava en Oviedo podría resumirse en un puñado de desencuentros, costosísimas visitas a los tribunales y decenas de millones de euros salidos de las arcas municipales. También de proyectos que jamás llegaron a trascender más allá del papel como los de las tres torres mellizas y el Palacio de las Artes que presumiblemente firmaría el valenciano en la parcela entre Víctor Chávarri y Gascona que hoy ocupa el Gran Bulevar de El Vasco, después de que un grupo de promotores resucitase el ámbito de las cenizas que quedaron tras la quiebra de Jovellanos XXI para el solar de lo que había sido en tiempos la antigua estación de ferrocarril de El Vasco.
Una parcela, rememoraron desde la oficina del afamado arquitecto, «que también fue adjudicada al mismo promotor, con el que se había alcanzado un acuerdo para el desarrollo». En este caso, detallaron, «tras numerosos cambios en el programa de usos, nuestro despacho decidió desvincularse del proyecto, por su deriva extremadamente comercial, alejándose cada vez más de las propuestas iniciales de albergar dotaciones culturales para la ciudad».
Dos zonas, Buenavista y El Vasco, llamadas al calor de la burbuja a convertirse en las dos manzanas de Calatrava en la capital asturiana y que, hoy, suponen la cara y la cruz del éxito urbanístico. En la primera, hasta el momento, la aparición de nuevos inversores no supuso la salida otra vez a flote del fallido centro comercial. Precisamente, lo que salvó a la segunda.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.