Extrema violencia en el crimen de Los Prados: la mujer fue hallada con varias costillas rotas y un fuerte golpe en la nuca

Motivo por el cual las pesquisas policiales se han visto reforzadas por agentes de la Policía Nacional de los grupos de homicidios y de la Unidad de Coordinación Operativa de la Comisaría General de Policía Científica de Madrid. Especialistas en homicidios y en el tratamiento de la escena del crimen, que han accedido al piso de la fallecida esta mañana, a eso de las once menos cinco, pertrechados con mochilas y otra serie de equipamiento.

A ese respecto, la Policía Nacional ha constituido un grupo multidisciplinar de trabajo, en el que participan agentes de las brigadas de Policía Judicial y de Policía Científica de la Jefatura de Asturias, junto con investigadores de la sección de Homicidios de la Comisaría General de Policía Judicial, y técnicos de la sección de inspecciones oculares de la Comisaría General de Policía Científica. Estos últimos, tal y como han asegurado desde la Jefatura a través de una nota de prensa, «son especialistas en el tratamiento de la escena del crimen, utilizando técnicas avanzadas en el descubrimiento, revelado, reproducción, transporte y conservación de huellas, señales, rastros o indicios obrantes en el lugar de los hechos, para su posterior tratamiento y análisis en los laboratorios policiales».

La actividad policial en el edificio es total. Dos agentes montan guardia en todo momento, con cambios de turno, en la puerta de la vivienda de la víctima. En el interior, trabajo de investigación avanzado mediante el que tratarán de descubrir quién o quiénes han podido ser los responsables de la muerte de Tatiana Coinac, una mujer moldava de 44 años que llevaba al menos siete residiendo en España.

Una mujer; sin embargo, a la que sus cercanos del barrio ovetense no conocían por ese nombre. Se presentaba como Tania, afirmando que vivía con su madre y la pareja de esta en el piso de la calle Ámsterdam, y como trabajadora de una residencia de ancianos en el Naranco en el turno de mañanas. No obstante, se trata de datos no confirmados que hacen pensar en que la víctima podría tener una doble vida. A ese respecto, los vecinos de la fallecida advirtieron a los agentes de que la vivienda de esta podría tratarse de un «piso de citas».

Así, a los conocidos de la víctima hay cosas que no les han empezado a cuadrar. En primer lugar, el nombre. En su buzón figura el de Tatiana, pero en su peluquería de confianza, donde adquiría cada pocas semanas las pelucas rubias que siempre llevaba puestas, la conocían como Tania y así aparece en los registros del negocio. En segundo, si vivía o no con su madre. Fue esta la que dio el aviso a la Policía Local, desde Benicarló, de que llevaba varios días sin poder contactar con su hija.

Tras llamar en diferentes ocasiones, según han confirmado las mismas fuentes consultadas, finalmente la Policía acudió al domicilio el domingo por la mañana. Llamaron a la puerta, pero nadie abría y pudieron comprobar que el coche de la moldava se encontraba en el garaje, en el que hallaron una nota que en un primer momento identificaron como de posible despedida, aunque luego comprobarían que se trataba de un papel con una oración cristiana transcrita. Pidieron refuerzo a los bomberos para que abriesen la puerta del piso, pero para cuando estos llegaron, la Policía Nacional ya había logrado acceder, encontrado a la víctima en la bañera y hecho cargo de la situación. Y, en tercer lugar, su trabajo. En ninguno de los dos centros de mayores del Naranco tienen constancia de ella.