Hacer ruido. Ese era el objetivo principal de la treintena de ganaderos que esta mañana han agitado sus cencerros frente al Palacio del Gobierno para protestar contra los precios abusivos de la leche y la protección del lobo. Esta concentración, convocada por Asturias Ganadera, forma parte de una estrategia que mezcla acciones «pequeñas y constantes» con manifestaciones multitudinarias como la que tuvo lugar hace una semana.
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«Suben los piensos, la gasolina y la luz, pero lo que cobra el productor sigue siendo una miseria», explica Juan Valladares, presidente de la asociación, que asegura «no vamos a parar hasta que nos escuchen». Por el momento, los ganaderos no han recibido respuesta institucional y el presidente del Principado, Adrián Barbón, no se ha sentado a negociar con ellos. «Exigimos que se implementen herramientas concretas que aseguren precios justos y permitan al ganadero trabajar en condiciones dignas», añade.
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La sensación general esta mañana era de descontento, pero lejos del derrotismo el primer sector planea actuar coordinadamente con ganaderos de otras provincias como Castilla y León o Santander. «No se trata de un caso aislado, lo que está en juego aquí es nuestro modo de vida», critican.
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