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José Juan de Blas Mut, en su confitería, conocida por locales y visitantes por la creación de los Carbayones. MARIO ROJAS
«Camilo de Blas ya no es de nuestra familia, es de la gente de Oviedo»

«Camilo de Blas ya no es de nuestra familia, es de la gente de Oviedo»

«Llevamos bombones nuevos a la Copa del Rey de vela; Felipe VI los probó y le gustaron, incluso los comía mientras navegaba» José Juan de Blas Mut. Propietario de la confitería Camilo de Blas

RAFAEL FRANCÉS

OVIEDO.

Martes, 16 de agosto 2022, 00:30

José Juan de Blas Nut (Oviedo, 1950) es la cuarta generación de Camilo de Blas. Ameno, entregado a su casa, amable y muy orgulloso del legado recibido y del que deja a su hija Paloma como quinta generación. «Me dio mucha alegría que estando ya trabajando fuera, decidiera volver para trabajar conmigo aquí», le agradece.

-Felipe VI come bombones de Camilo de Blas en Mallorca. ¿Honor y promoción?

-Sí, claro. Cuando estuvo aquí el chef José Andrés para recibir el Princesa de Asturias hace unos años vino a hacer un reportaje a la tienda y estuvo hablando con mi hija Paloma. Ahí comenzaron los contactos con Pascual Cabaño de la quesería Rey Silo y más tarde con Tino Helguera para hacernos bombones de gran categoría. Ya teníamos en la cabeza hacer un bombón con el queso. Así que sacamos dos tipos de bombones, uno Rey Silo y otro nuevo con el nombre de la madre de José Andrés, «Mamá Marisa». Los presentamos en la Copa del Rey de Vela en Mallorca y a Felipe VI le gustaron mucho. De hecho, salían a navegar con los bombones.

SUBIDA DE PRECIOS «Debemos pensar más en ajustar márgenes porque hay que mantener esto en movimiento» GENERACIONES «El negocio lo lleva mi hija, yo estoy para vigilar que se mantenga la calidad de los productos» CONEXIONES «Cuanto más rápido nos comuniquen, mejor; el AVE ha puesto a León más en el mapa»

-¿Cómo ha repercutido en su centenario negocio la subida generalizada de precios?

-Nosotros no hemos subido el precio, pero hay que planteárselo porque todo ha subido. Estamos intentando manejar los precios porque hay que ajustarse, pues tampoco vamos a trabajar para el inglés. De todas formas, más que pensar en subir mucho el precio creo que será mejor ajustar más los márgenes porque hay que mantener el carro en movimiento o esto se va al fondo. La ventaja que tenemos en Camilo de Blas es que tenemos una clientela de 108 años, y eso ayuda mucho en estos tiempos complejos a la hora de vender. La referencia de sabor somos nosotros y eso no debe cambiar.

-¿Cuántas generaciones al mando del negocio?

-Con mi hija Paloma, la quinta, así que yo soy la cuarta. Mire, el negocio ya no es nuestro, es de la gente de Oviedo. Yo soy el que lo vigila y estoy obligado a mantener la calidad y el sabor de Camilo de Blas.

-Ustedes inventaron el Carbayón para ir a la Feria de Muestras en 1924, ¿qué inventaría para este año?

-En aquellos años el Ayuntamiento le pidió a mi abuelo un pastel para representar a Oviedo en la Feria de Muestras. Él y su maestro pastelero hicieron muchas pruebas hasta que quedaron contentos aunque no sabían qué nombre ponerle. Eso se solucionó en una tertulia de la rebotica de la farmacia de enfrente de la tienda. Eso de volver a inventar ya lo hicimos hace cinco o seis años cuando nos volvimos a plantear y con una idea, creo que bastante afortunada, como es el helado de Carbayón. Fue un gran éxito.

-Una pastelería con el aire acondicionado a 27 grados, ¿qué le parecen estas medidas de ahorro de energía?

-Las máquinas de frío no son aire acondicionado así que esperamos que nos permitan mantener las cámaras.

-Dicen los hosteleros que hay muchos turistas, pero que gastan menos. ¿Lo nota?

-Los carbayones son lo que tira de la confitería y siguen teniendo un poder de atracción enorme. Tenemos un buen mes de agosto. Cuando aciertas de verdad con un producto, el producto se hace eterno y funciona siempre. Parece mentira que el Carbayón acabe de cumplir ya 98 años.

-Existe un boom de apertura de establecimientos de bollería industrial, ¿les han hecho daño?

-Hace unos años surtíamos de bollería de calidad a más de 200 cafeterías, pero empezamos a perder clientes porque la bollería barata empezó a triunfar. Todo esto depende de lo que tú quieras en tu negocio. Si solo piensas en el precio, serás una cafetería más. Yo creo que deberías querer un poco más a tu negocio, siendo exigente, porque se ha perdido la capacidad de exigencia y, por eso, el público cada vez busca menos la calidad.

-Pese a que es un negocio de los más tradicionales de la ciudad, ¿renovarse siempre?

-Por supuesto, hace unos años abrimos una tienda en el Calatrava buscando acercar la marca Camilo de Blas a la juventud porque estábamos buscando una clientela que en Jovellanos no conseguíamos. No funcionó pero seguimos en ello. Además, si no estás en las redes, no existes, y ahí nos hemos embarcado, aunque ese mérito es todo de mi hija, que a mí ya me supera un poco.

-Una nueva clientela puede aparecer con la llegada del AVE...

-¿Llegará algún día? No estoy seguro (sonríe).

-Dice la ministra de Transporte que para la primavera de 2023.

-Cuanto más rápido nos comuniquen, mucho mejor. El caso de León es claro, el AVE lo ha puesto más en el mapa. No creo que nos beneficie tanto como a León porque estamos más lejos pero va a ser importante para Oviedo y para Asturias. Es una pena, con lo que hemos sido. Mire, Asturias siempre fue muy importante en España. De hecho, en muchos casos 'hacer las américas' era venir a vivir y trabajar en Asturias.

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