El Ayuntamiento usará el plan de Santullano para desbloquear la negociación por La Vega

Por partes. Los bocetos dibujan el tráfico entre las columnas de la nave inventariada como monumento moderno y un vial en su trasera que conecta con la glorieta de la Cruz Roja. Antes de que eso ocurra, la intención de los técnicos es la de acelerar los plazos para disponer este año de un proyecto definitivo y comenzar las actuaciones por algunos de los extremos del bulevar el próximo ejercicio.

El primer teniente de alcalde y responsable de Urbanismo, Nacho Cuesta, explicó a este diario que contar con un plan vinculado a fondos europeos como el de Santullano permitiría incluir ya la fábrica en la trama urbana de la ciudad mientras que se conserva la integridad de la nave de Sánchez del Río.

Como contrapartida a ofrecer para negociar con Defensa, el Consistorio tiene lo que siempre ha estado encima de la mesa: suelo edificable en otras partes de la ciudad y sus eventuales plusvalías.

«Es una idea sustancial del proyecto, somos consientes de que hay que hablar con la propiedad de La Vega y habrá que trasladarles y convencerles de que es el mejor proyecto posible para resolver los problemas del ámbito», indicó Cuesta «convencido» de que con el apoyo del gobierno regional, «eso será más fácil» porque el ejecutivo autonómico «entenderá que es necesaria su implicación activa para que este proyecto pueda ser una realidad».

Una primera negociación por la citada nave descorcharía el resto de actuaciones y el futuro de la totalidad de los terrenos con la premisa de que «Oviedo no puede masticar más de 100 millones por La Vega», en palabras del alcalde Alfredo Canteli que asumió Cuesta para dejar para más adelante la recuperación del claustro, la capilla o el resto de elementos vinculados al desarrollo de centros de investigación o usos culturales.

De «idea» a «idea sustancial», la otra duda que quiso despejar ayer Cuesta es la sembrada acerca de la idoneidad de hacer pasar a los vehículos bajo la nave atirantada, incluida en el Catálogo Docomomo, y que está afectada por el ámbito de protección de Santullano.

«La nave no está catalogada por Patrimonio todavía. Y la vamos a proteger. Unas de las ventajas tangenciales más importantes de este proyecto es que la nave no se va a derruir y no va a permanecer en el estado lamentable en el que están otros elementos protegidos de Oviedo como la plaza de toros o el estado en el que se encuentran los propios elementos que conforman La Vega», destacó el concejal.

Un horizonte aproximado para negociar con Defensa, lidiar con el Consejo de Patrimonio y la afectación de La Vega al entorno de protección y modificar el Plan General, cuya revisión está en marcha, se estima en tres años.

«Nosotros queremos recuperar La Vega para la ciudad en su integridad y la nave también. El hecho de que los vehículos puedan circular por debajo de ella y se pueda conformar un nuevo espacio público es una solución atrevida y novedosa, disruptiva; que tiene como ventaja adicional el conservar esa nave para otras utilidades», añadió el edil .

Frente a las críticas de la oposición municipal al boceto presentado por Infraestructuras, la Confederación Asturiana de la Construcción, CAC-Asprocon, valoró ayer de manera positiva el nuevo proyecto. La patronal de los constructores afirmó que «es un planteamiento integrador de los diferentes elementos patrimoniales existentes en el entorno de Santullano y La Vega» destacando que es «diferente a otras alternativas anteriores y que constituye un elemento atractivo para el turismo». Todo cuando desde la propia patronal ya se había ponderado el rescindido diseño de 'Bosque y Valle' por el impacto que tendría en el empleo en el sector.

«Entendiendo que el proyecto se encuentra en una fase incipiente y que debería llevarse a cabo con el máximo rigor técnico y con el mayor consenso posible, desde CAC-Asprocon entendemos que es una propuesta atrevida, moderna y económicamente asumible», destacó la patronal advirtiendo que la solución para el ámbito debe ser «global» teniendo en cuenta la movilidad, el respeto al medio ambiente y los elementos patrimoniales.

Para todo ello, solicitaron «consenso» a políticos y agentes implicados para que «Oviedo solucione uno de sus grandes problemas urbanísticos con una visión a largo plazo».