'Gambito de dama'

'Gambito de dama' es la nueva sensación de Netflix. Stephen King piensa que es una de las mejores series que ha visto últimamente. Es la historia de una niña huérfana que se convierte en una Gran Maestra de ajedrez. Su lucha contra los mejores jugadores, casi todos rusos, se parece mucho a la de Fischer. A la protagonista le advierten lo que preocupaba al jugador de Brooklyn: los rusos harán tablas entre ellos para preservar la energía que necesitan para ganarte. Además, los jugadores rusos trabajan en equipo. Como los lobos.

Las tres actrices que interpretan a Beth Harmon —sobre todo Anya Taylor-Joy—, la estética que recuerda la de 'Mad Men' y las actuaciones han lanzado esta versión de la Rocky del ajedrez a la fama. El guardarropa atemporal de Beth, diseñado por la francesa Gabriele Binder, que se inspiró en las actrices Audrey Hepburn y Edie Sedgwick, ha dado y sigue dando mucho que hablar. Y muchas revistas y periódicos instruyen a los lectores que quieren tener ese 'look'.

La popularidad de la serie ha atravesado los límites de las pantallas y en la calle se venden los tableros y libros de ajedrez como si el juego se hubiese inventado ayer. Si juegas, como yo, ajedrez 'online', los 'websites' te ofrecen enfrentarte a diferentes versiones de Beth Harmon. Y en muchas ocasiones los competidores proponen el popular gambito.

El gambito de dama consiste en regalar un peón, el del alfil de la dama, con objeto de hacerse con el centro y ganar una ventaja en el desarrollo de las piezas. Los gambitos son armas de jugadores agresivos y suelen llevar a juegos entretenidos donde abundan trampas y finales abruptos.

La realidad del ajedrez femenino es diferente a la presentada en la serie televisiva. Por ejemplo, en el campeonato de ajedrez de los Estados Unidos las mujeres aún no consiguen clasificarse para jugar contra jugadores masculinos y, debido a ello, se celebra una versión en paralelo solo para mujeres. Esto mismo ocurre en el campeonato del mundo. Es ajedrez ficción que una americana pudiese llegar a hacer las hazañas de Harmon en los sesenta. En esa década el ajedrez femenino estaba dominado por las jugadoras rusas.

Si hay tres actrices que interpretan a Beth Harmon, tres mujeres húngaras abrieron el mundo real del ajedrez a las mujeres. Son las hermanas Polgár, entrenadas por su padre para reconocer los patrones que llevan a la victoria en una partida desde muy pequeñas. De las tres, Judit está considerada por muchos como la mejor jugadora de ajedrez de todos los tiempos: consiguió el título de Gran Maestra a los quince años, batiendo el record de edad que tenía Fischer. Aun no pudiendo hacer mella en el campeonato del mundo, Judit ha derrotado en algunas partidas a jugadores como Magnus Carlsen, actual campeón del mundo. Quizá Judit Polgár sea Beth Harmon en el mundo real.

Bobby Fisher en 1963 se atrevió a decir que podía jugar contra cualquier mujer regalándole uno de los dos caballos y ganar la partida. A esto, el genio del ajedrez Mikhail Tal respondió: «Fischer es Fischer, pero un caballo es un caballo». No está claro por qué hay diferencia entre hombres y mujeres en el juego de ajedrez. Probablemente es una razón cultural y de tradición, que ha condicionado que el número de jugadores varones haya sido históricamente mucho mayor. Pensar en razones de índole intelectual o psicológicas es absurdo. Las diferencias entre los sexos se van acortando rápidamente y pronto presenciaremos campeonatos del mundo donde participen jugadoras con posibilidades de alzarse con el título.

La historia de 'Gambito de dama' ofrece otro aspecto del ajedrez: personas muy jóvenes pueden llegar a dominar el tablero. Como ocurre con la música y las matemáticas, hay genios muy precoces. Campeonatos de altura, sobre todo los de las mujeres, comienzan a ser dominados por adolescentes: Jennifer Yu ganó el campeonato de EE UU 2019 con 17 años.

En los Estados Unidos, el gambito de dama ocasionado por la pandemia ha colocado en el centro del tablero político a una mujer. Quizás este gambito lleve a Kamala Harris a la presidencia del país de Bobby Fischer.