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En el empate del Sporting ante el Eibar hubo varios factores que afectaron al juego de los rojiblancos. Los deberes de la dirección deportiva, mal hechos en verano, tampoco se hicieron al completo en enero. La falta de un delantero centro se acusó. Y se ... acusará. Es una evidencia, pero puede darse el caso cuando se tiene un entrenador conformista y director deportivo incompetente.

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David Guerra cumple su función. Habla muy bien, pero no dice nada. Le va de perlas a Orlegi. Un presidente ejecutivo coordinaría con conocimiento de causa todas las áreas del club. Aquí se lo hacen por videoconferencia quienes no viven a diario la entidad. En México parece que no importa lo que se piense aquí de la situación. Justificar la renuncia a fichar un ariete es incomprensible, pero el 'presi' cada vez convence menos.

En otras latitudes hay ejemplos para fijarse. El Mirandés, hecho de retales cada año, tiene unos técnicos que conocen las canteras más relevantes para aprovechar cesiones. Así encontraron a un tal Panichelli, en el Alavés, y un tal Iceta, en el Athletic. Por poner dos ejemplos. Es más cómodo revolotear cada semana de palco en palco. Para el club no es rentable. Ni práctico.

El Sporting enseñó frente al Eibar las carencias ofensivas. También el míster parece verse afectado por estar en zona de nadie. Debería dar otro aire a un centro del campo parsimonioso para ayudar a contar con mayor alegría en su ataque. El sábado no se notó ni el escurridizo Nico Serrano. Los entrenadores están para equivocarse lo menos posible.

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Otro inconveniente es el césped de El Molinón. Ante el Burgos estaba mal, pero el sábado presentaba un aspecto horrible. El patrón presumió de las mejoras en los campos en la etapa Orlegi, con unos relevantes trabajos costeados con los fondos CVC. Los terrenos quedaron envidiables, pero algo debió fallar. En esta época suele haber problemas en el césped de la zona Este, porque no da el sol, pero el problema actual afecta a todo el terreno. Con una profesional especializada es extraño, pero con la aplicación de la ley mordaza no se sabe cuándo se arreglará el problema que afectará al primer equipo. Los visitantes vienen más a defender y les importa menos.

El alto número de lesiones musculares es otro dato preocupante, pero lo son más los largos periodos de las recuperaciones y las recaídas. También son extraños los diagnósticos. En el vestuario se sabía el viernes que Otero tenía una rotura de fibras. En la rueda de prensa, Albés se hizo el sorprendido. El colombiano fue incluido en la convocatoria. Se cayó poco antes del partido. La lesión se divulgó el domingo. Se perderá algunos partidos más. El reino de Odin es rocambolesco.

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Y así seguimos, con el Sporting en el limbo, en un insulso noveno puesto y descolgado de los aspirantes, pero, eso sí, intentando vender ilusión. Todavía hay algún comprador.

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