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Joanna de Castro tiene que interrumpir la llamada telefónica un par de veces. En ese momento están sobrevolando su casa dos helicópteros de guerra, probablemente en dirección a la frontera con el Líbano. Las alarmas empezaron a saltar en su móvil el sábado a las ... seis de la mañana. Procedían de la aplicación de seguridad del gobierno israelí y que todos los ciudadanos tienen que tener. Había alerta por misiles en todos los pueblos alrededor de Gaza y a partir de ahí fueron a más. «Brutal. Empezaron a ser cientos de miles, empezaron a subir al centro del país y un poco antes de las ocho de la tarde, a la ciudad en la que vivimos». Joanna, hija de Jesús Castro y sobrina de 'Quini', su marido y su hija, menor de edad, residen al norte de Tel Aviv desde hace poco más de un año. Un tiempo en el que, aseguran, han sido felices, con gente «muy amable». Pero ahora mismo viven una pesadilla. «Empezaron a sonar las sirenas antiaéreas y corrimos al refugio antibombas del edificio. Hubo explosiones enormes, derribadas por el paraguas de hierro. El sonido era terrorífico».
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La situación el domingo fue tranquila, pero este lunes «nos volvió a tocar a las once de la mañana». «En el sur de Israel es mucho peor. Hay misiles volando por todas partes. En la frontera con el Líbano hay explosiones, tiroteos... Horrible». «Sentimos mucha ansiedad, miedo e incertidumbre», afirma Joanna, que está en comunicación a través de un chat de whatsapp con el resto de ciudadanos españoles.
«Estamos prácticamente todos en él» y se van comunicando entre ellos. «Físicamente estamos bien, pero psicológicamente nos encontramos machacados porque no sabemos si vamos a poder salir o si la situación se va a poner peor».
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En su caso, están esperando por nuevas instrucciones de la embajada, quien les ha recomendado que no salgan de casa. Eso es lo que están haciendo. «La ciudad está muerta. Hay supermercados abiertos para poder comprar, pero no sale nadie. Hay Policía por todos lados». Hay compatriotas que han intentado salir del país en avión. «Pero el aeropuerto es un auténtico caos. »Por lo que se dice en redes, han impactado dos en el aeropuerto. Hay gente atrapada, gente que ha comprado billetes de avión, pero que se los cancelan constantemente. Las páginas de las aerolíneas no resultan fiables. Aunque tenemos información casi al minuto, nos falta información de las autoridades españolas. Imaginamos que para ellas también el problema es supergordo, pero nos sentimos desamparados y con miedo. Ojalá podamos salir todos«, concluye Joanna, quien señala que también la empresa para la que trabajan busca una solución.
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