Los partidos proeuropeos de Rumanía acuerdan un Gobierno de coalición para aislar a la extrema derecha

Los socialdemócratas (PSD), los liberales (PNL), los nacionalistas de centro (USR), la Unión Democrática de los Húngaros (UDMR) y un total de 19 fuerzas minoritarias -entre todos suman dos tercios de los diputados- han confirmado el acuerdo. En un comunicado emitido a última hora del martes «anuncian su firme compromiso con la formación de una mayoría proeuropea en el Parlamento rumano, un Gobierno proeuropeo y el apoyo de un posible candidato proeuropeo común», recoge el diario 'Digi24'.

Además, han querido dejar clara su determinación a crear un «cordón sanitario» alrededor de los tres partidos de extrema derecha (AUR, SOS. y POT), que ganaron votantes en las elecciones legislativas del pasado 1 de diciembre. El AUR se convirtió en la segunda fuerza parlamentaria, con 63 diputados, mientras que SOS y POT entraron con 28 y 22 escaños, respectivamente. Así, la ultraderecha ocupa un tercio de la cámara. George Simion, líder de AUR, ha cargado con dureza contra el acuerdo, acusando a los firmantes del documento de querer acaparar todo el poder.

Este miércoles los partidos europeístas continúan con las reuniones para cerrar el programa del futuro Gobierno, «basado en el desarrollo y las reformas que tendrá en cuenta las prioridades de los ciudadanos rumanos». Coinciden en la necesidad de racionalizar el gasto público y reducir la burocracia de la Administración pública. También han acordado aumentar la transparencia. De esta forma pretenden seguir la estela de Europa y la OTAN y aumentar la confianza de los ciudadanos en las instituciones y la clase política. «El momento actual es decisivo para Rumanía», señala el texto. Por ahora sólo han pactado los cambios que quieren llevar a cabo, pero faltan los nombres del primer ministro y del resto de componentes del nuevo gabinete.

Entre las formaciones de esta alianza hay consenso en que un candidato del PSD, ganador de las elecciones parlamentarias, tendría derecho a encabezar el Ejecutivo. Entre los candidatos que suenan destaca el de Marcel Ciolacu, actual primer ministro y socialdemócrata, que revalidaría el cargo.

La intención de los partidos proeuropeos es consensuar un único candidato para las elecciones presidenciales. De momento sólo se ha acordado que no será ninguno de los dirigentes de las formaciones. El presidente de la UDMR, Kelemen Hunor, en declaraciones a 'Digi24', apuntó dos nombres como opciones más probables: Daniel David, profesor y rector de la Universidad Babes-Bolyai, y Daniel Funeriu, exministro de Educación con los liberales. Ambas figuras, dijo, tienen, «capacidad y calidad intelectual a la par que cualidades humanas y políticas». También aseguró que las elecciones presidenciales podrían realizarse el 16 de marzo, la primera vuelta, y el 30 del mismo mes, la segunda.

El futuro Gobierno rumano arrancará con la tarea pendiente de aprobar un nuevo calendario para los comicios presidenciales, probablemente en la primera mitad de 2025. Una convocatoria electoral a la que no está claro si Georgescu podrá volver a presentarse después de que los fiscales hayan abierto una investigación sobre su reciente campaña.

En la anulada primera vuelta, Georgescu se impuso por sorpresa con algo más del 23% de los votos, seguido de Elena Lasconi (USR) con el 19%. El prorruso contó en la red social TikTok con una campaña a su favor promovida por Rusia, según un informe de los servicios secretos de Bucarest desvelado por Antony Blinken, secretario de Estado de EE UU. Por ello, el pasado viernes el Tribunal Constitucional rumano decidió «anular todo el proceso de elección del presidente» para «garantizar la validez y la legalidad» de la votación.

El alto tribunal ha ratificado este martes la sentencia en la que ordenaba la repetición electoral tras rechazar el recurso presentado por el partido ultra AUR contra la anulación de los resultados de los comicios presidenciales. La decisión es definitiva y agota la vía legal. Rumanía deberá reiniciar el proceso electoral y volver a votar para elegir a un presidente.