Tom Homan será el futuro responsable de la política migratoria y la seguridad fronteriza en EE UU. Reuters

El 'zar de la frontera' de Trump separará a las familias migrantes indocumentadas

Tom Homan amenaza con deportar a padres y madres sin papeles aunque tengan hijos pequeños nacidos en Estados Unidos

Caroline Conejero

Nueva York

Jueves, 26 de diciembre 2024, 22:26

El futuro responsable de las políticas migratorias y la seguridad fronteriza en Estados Unidos, Tom Homan, amenaza con repetir la polémica política de detención de familias que durante el primer mandato de Donald Trump separó a más de 4.000 niños y niñas de sus ... padres. Centenares de ellos aún no han vuelto a juntarse. El conocido como 'zar de la frontera' ha asegurado en una reciente entrevista con el diario 'The Washington Post' que la próxima Administración Trump irá incluso más lejos en este asunto y no dudará en deportar a los progenitores indocumentados con hijos menores nacidos en EE UU y, por tanto, norteamericanos.

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«Usted sabía que estaba en el país ilegalmente y eligió tener un hijo. Entonces puso a su familia en esa posición», critica Homan, en quien el magnate ha confiado para su segunda etapa en la Casa Blanca. Las autoridades darán a elegir a los padres y madres indocumentados entre la expulsión de todo el núcleo familiar o su separación. Hasta ahora, como el proceso de deportación en el caso de los menores suele requerir más tiempo, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, sus siglas en inglés) había tratado de priorizar generalmente la expulsión de los adultos. Pero el 'zar de la frontera' cuenta con que esa política cambie en esta nueva etapa.

Homan trabajará las cuestiones migratorias y fronterizas en estrecha colaboración con la controvertida Kristi Noem, actual gobernadora de Dakota del Sur y futura responsable del Departamento de Seguridad Nacional, donde se encuadra el ICE. El jefe de ambos, Trump, prometió en campaña electoral una agresiva agenda contra la inmigración y la mayor operación de deportación de todos los tiempos para expulsar a los casi 13 millones de indocumentados que, se calcula, viven en EE UU.

Como ocurrió en el primer mandato del empresario, entre 2016 y 2020, las autoridades responsables de los asuntos migratorios volverán a trasladar a estas familias con niños a centros de detención. Joe Biden cerró tres de estas instalaciones que el ICE denominaba «residenciales» y que, con estructuras de carpas con capacidad para unas 3.000 camas y una programación «recreativa y educativa», recibieron duras críticas de grupos defensores del colectivo migrante o de pediatras, que advertían de que se trataba de una situación traumática para los menores. Un juez federal llegó a limitar a veinte días el tiempo que un niño podía permanecer en estos recintos.

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Filosofía

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El plan de deportaciones a gran escala ideado para la segunda Administración Trump obligará a «construir instalaciones para familias», avisa Homan, que vincula el futuro número de camas a «lo que digan los datos». El presidente electo ya había avanzado que revisaría las políticas de inmigración impulsadas por Biden con el fin de facilitar expulsiones masivas. «Tenemos que demostrar que podemos hacer esto y no ser inhumanos al respecto», plantea el 'zar de la frontera', que tiene intención de utilizar a la Guardia Nacional para llevar a cabo funciones de apoyo en esas operaciones.

Extensa trayectoria

Homan, con una trayectoria de 34 años en las patrullas fronterizas y el ICE, destaca como uno de los defensores a ultranza y sin complejos de la línea dura antiinmigración que caracteriza a Trump. La diferencia respecto al resto es que él posee una extensa experiencia en el tema, por lo que conoce los límites del Gobierno para llevar a cabo las deportaciones masivas. En 2012, cuando ejercía como alto funcionario del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas con Barack Obama en la Casa Blanca, las devoluciones alcanzaron un máximo histórico -más de 400.000- en EE UU.

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El 'zar de la frontera' no se ha marcado ahora ninguna cifra de expulsiones. «Estaré preparado para una decepción», asegura, a la espera de saber los recursos a su disposición para ejecutar el criticado proyecto. Un reciente estudio del Consejo Nacional de Inmigración estima el coste de una operación masiva de este tipo en unos 315.000 millones de dólares y alerta sobre sus efectos «devastadores e incalculables» para la economía estadounidense. Los economistas también señalan su impacto negativo. Trump y su vicepresidente, JD Vance, defienden en cambio que la iniciativa reducirá la delincuencia y generará más vivienda disponible y empleo y mejores salarios.

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