Secciones
Servicios
Destacamos
Ganar la reelección es mucho más fácil que llegar a la Casa Blanca. Desde esa oficina se puede controlar la agenda y el presidente siempre recibe atención gratuita de los medios. Joe Biden lo sabe y no iba a dejar pasar esa oportunidad. Por eso ... este martes, con toda la predictibilidad de un candidato metódico y convencional, anunció su nueva campaña a través de un vídeo, cómo lo hiciera exactamente cuatro años antes.
En el último siglo solo tres presidentes electos han perdido la reelección: Jimmy Carter, George H.W. Bush y Donald Trump. El ego del magnate que pone su apellido en letras doradas siempre sangró por formar parte de ese reducido club de perdedores. Ahora tiene la oportunidad de redimirse con el mismo anodino candidato que le echó de la Casa Blanca.
Noticia Relacionada
Biden ya hizo historia por su edad cuando se convirtió en el senador más joven de Estados Unidos a los 29 años y este martes la volvió a hacer al convertirse en el candidato presidencial más viejo de la historia, sin paliativos, perteneciente a uno de los dos únicos partidos políticos con representación. El 48% de los encuestados por NBC la semana pasada cita la edad como el principal factor por el que el 70% no quiere que se presente. La vida le ha demostrado que lo que parece imposible es posible, como que un presidente de Estados Unidos gane las elecciones a los casi 82 años, que es lo que cumplirá en noviembre de 2024. Su eslogan de «¡Vamos a terminar este trabajo!» no es precisamente el que más entusiasmo desata, sobre todo cuando el 54% de los estadounidenses desaprueba su gestión. Por eso ha tenido que tirar del miedo.
El vídeo con el que este martes lanzó su campaña de reelección comienza con las imágenes del asalto al Capitolio y continúa con las protestas por la abolición del aborto. Biden redefine el objetivo de su primer mandato como la batalla para preservar la democracia, un eslogan que permitió a su partido salvar por un solo escaño la mayoría en el Senado durante las elecciones legislativas de noviembre y minimizó la victoria de la oposición en la Cámara Baja. No se trata de soñar, sino de aferrarse al asiento para defender lo que ya se tiene ante la amenaza de que otros lo arrebaten. Frente al candidato de la esperanza que en 2008 le llevó de la mano a la Casa Blanca, levantando a los ancianos de sus sillas para votar por primera vez, Biden se queda con la contracción del miedo y el manido patriotismo de «estos son los Estados Unidos de América», proclama en el vídeo. «No hay nada que no podamos lograr si nos unimos».
Origen. Nació el 20 de noviembre de 1942 en Scranton, Pensilvania, y estudió Derecho en la Universidad de Delaware.
Familia. Está casado con Jill Biden y tuvo dos hijos, uno de su anterior matrimonio con Neilia Hunter que falleció en 1972.
Carrera Fue senador de Delaware por 36 años antes de ser vicepresidente durante el mandato de Barack Obama en 2009.
Anuncio Ésta es la cuarta vez que lanza su candidatura por los demócratas a la Presidencia de Estados Unidos.
Récord Comenzó su primer mandato con 78 años, cuando se convirtió en el presidente de mayor edad.
El exvicepresidente de Obama ya se presentó en 2020 como el candidato que iba a «salvar el alma de Estados Unidos». «Y todavía estamos en ello», dice cuatro años después. «Ya sabéis que por todo el país los extremistas se están alineando para arrebatarnos nuestras libertades más esenciales, recortar la Seguridad Social y las jubilaciones por las que habéis pagado toda vuestra vida, a la vez que le bajan los impuestos a los más ricos, dictan las decisiones que las mujeres pueden tomar sobre su propia salud, censuran libros, dicen a la gente a quién pueden amar, y todo eso mientras dificultan más el proceso del voto».
Ahí es cuando el octogenario presidente que lleva seis meses sin dar una conferencia de prensa, y al que cada día se le ve más trémulo, sale al galope en su vídeo promocional a defender las libertades y derechos de los estadounidenses. «No es momento de ser complaciente, por eso me presento a la reelección, porque conozco EE UU y sé que somos gente decente».
El contrapunto, sin rebajarse a mencionarlos pero mostrando claramente sus fotos al hablar de «los extremistas», son Donald Trump y el gobernador de Florida Ron De Santis -abrazados en la foto, aunque sean rivales en primarias a 24 puntos en favor de Trump-, y la congresista de QAnon Marjorie Taylor Greene, capturada en el momento en el que le gritaba mentiroso en el Capitolio, vestida con un cuello de pieles que recordaba a los insurrectos del 6 de enero.
En respuesta a su racismo, Biden presenta -once veces en un vídeo de tres minutos- a la vicepresidenta, Kamala Harris, como ejemplo de su diversidad, que repite campaña con él como la primera mujer en el cargo. Siguiendo la tradición que encarna, tras cinco décadas en política, su segunda ha tenido poco que decir en su Gobierno, especializada en temas raciales, femeninos y migratorios. Continúa en el currículo con Ketanji Brown Jackson, la primera mujer afroamericana nominada para el Supremo y la única que ha podido nombrar en este tribunal de nueve miembros vitalicios para el que Trump asignó a tres, lo que inclinó la balanza hacia el lado ultraconservador.
Su principal mérito es haber evitado la debacle económica que vaticinaban los oráculos a la salida de la pandemia, con una inflación galopante que la Reserva Federal ha contenido a golpe de tipos de interés. Su gran lastre político, la bochornosa retirada de Afganistán, que dejó hasta los papeles de la embajada en manos del Gobierno talibán, además de 9.000 estadounidenses, según un informe del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Y su gran éxito legislativo, una Ley de Infraestructura -y otra de Reducción de la Inflación, que nada tenía que ver con ese nombre pero completaba la inversión-. Los resultados aún están por ver. En los próximos seis meses Biden usará el poder de su cargo para acumular méritos con los que aumentar los escasos cinco puntos de ventaja que le dan las encuestas sobre Trump. Un margen tan escalofriante que no dejará más opción a los amantes de la democracia que sumarse a su campaña.
Biden cuenta con el apoyo del aparato del Partido Demócrata. Para certificarlo, el expresidente de Estados Unidos Barack Obama y la exsecretaria de Estado Hillary Clinton expresaron públicamente su apoyo a la candidatura, alegando que tanto él como su 'número dos', Kamala Harris, deben seguir al mando.
Obama se mostró en redes sociales «orgulloso» de todo lo que ha logrado la Administración Biden en favor de los ciudadanos estadounidenses. «Seguirá haciéndolo una vez que sea reelegido», añadió, con la vista puesta ya en los comicios de noviembre de 2024.
Por su parte, Hillary Clinton destacó que «Joe y Kamala son los mejores para defender la democracia, luchar por los derechos y garantizar que todo el mundo tiene una oportunidad», mensajes que también deslizó el propio Biden en el vídeo publicado apenas unas horas antes.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.