«Es una ridiculez, los toros heredan los nombres de sus madres», defiende el ganadero

Ruiz explica que, cuando nace un toro, «le pongo un crotal (pendiente) y pasa a llamarse como su madre, pero en masculino». Y añade que los nombres de los toros de Gijón «llevaban puestos cinco años, desde que nacieron». Junto a 'Feminista' y 'Nigeriano', a la feria de Begoña de este año las ganaderías llevaron otros animales como 'Africano' y 'Chino', pero también 'Coronel', 'Romero', 'Cantador', 'Ilógico', 'Bondadoso' y 'Favorito', entre otros. En la ganadería albaceteña que sirvió las reses de la tercera corrida «hay nombres históricos desde hace cincuenta años». Y con 'Nigeriana', viven otras vacas como 'Sevillana', 'Rociera', 'Albaceteña' y 'Endiosada'.

Daniel Ruiz hijo no oculta su preocupación por «la venta de carnaza antitaurina», al tiempo que subraya que «se está hablando de reatas históricas». Defiende que en la ganadería «no somos racistas ni existe ninguna intención política. Tenemos 400 madres y nombres muy diversos». El pesar de su padre por la polémica abierta en Gijón le ha llevado al punto de empezar a repasar los nombres de los toros que llevará a una corrida de Málaga, para la que tenía seleccionado otro 'Nigeriano'.

También la Unión de Criadores de Toros de Lidia salió ayer al paso de la polémica por los nombres de los toros, recordando que «por normativa de la raza, para la inscripción de nacimientos de reses de lidia en el Libro Genealógico los machos adquieren el nombre de la madre, con objeto de conservar la trazabilidad de la genealogía». En el caso concreto de los descendientes de 'Feminista' y 'Nigeriana', la organización señala que ambas vacas fueron adquiridas por el ganadero en 1986, «por tanto, con una descendencia superior a 35 años y con más de cuatro generaciones, ajenas de contextos sociales y políticos».

La asociación de criadores considera por todo ello «fuera de lugar y muy desafortunada la polémica claramente intencionada de estos días», que entiende que es «fruto del desconocimiento sobre el ámbito ganadero y el mundo rural». Exige en cualquier caso a la alcaldesa de Gijón «una rectificación inmediata de las manifestaciones realizadas sobre una actividad que es Patrimonio Cultural reconocida por el real decreto 18/2013».