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Las dos imágenes, la del Cristo y la de la Virgen de la Dolorosa, se encuentran en la estación 3, en el vía crucis infantil, en la iglesia de San José. Foto: Simal / Vídeo: Diego Abejón

Al toque de tambor, los niños recorren el camino hacia la Semana Santa de Gijón

Un centenar de niños de cinco parroquias, celebraron el Vía Crucis infantil, en la iglesia de San José «con muchos, nervios, fe y emoción»

Jana Suárez

Gijón

Viernes, 4 de abril 2025, 23:08

Los tambores de la Hermandad de la Santa Vera Cruz resonaban a las seis de la tarde de este viernes en la iglesia de San José. Los feligreses se ponían en pie, y el párroco, Fernando Llenín, elevaba sus manos alzando el 'Lignum Crucis', -unas astillas de un trozo de la cruz donde fue crucificado Jesús de Nazaret-. Así comenzaba el Vía Crucis infantil en el templo gijonés.

«Llevar el catequismo a la calle y dar a conocer la Semana Santa, la fiesta más importante para los cristianos a los niños, a través de un lenguaje adaptado para ellos, es el objetivo», explicó Silvia Díaz, catequista de San José.

El casi centenar de pequeños venidos de las parroquias de San José, Fátima, Jove, Somió y San Julián tenían muy claro su misión. Siguiendo la voz de varios pequeños que iban leyendo las estaciones -12 en vez de 14, y cada una acompañada de una reflexión pensada para los más jóvenes-, los dos pasos avanzaron hasta encontrarse frente al altar. El ritmo lo marcaban los solos de los dos tamborileros. «Hoy son los toques que también se escuchan en el pregón y en el martes santo», explicó el tamborilero de la Hermandad de la Santa Vera Cruz, Raúl Martínez. Les seguían, un niño que portaba la Cruz de Guía y, tras él, otros iban con velas. Emulando al angosto recorrido que Jesucristo tuvo que pasar antes de ser crucificado, a un lado de la iglesia, unos porteaban un pequeño Cristo, y otros, la imagen de la Virgen Dolorosa.

«La fe mueve a estos niños»

Sheila Vera, de 12 años, comentó que «llevo participando desde el primer año en el Vía Crucis infantil, y ya van cuatro. Para mí es muy emocionante porque voy todos los años a ver las procesiones con mi familia».

Para Martín Tabares, de 9 años, era su primera procesión. Le tocó portear la imagen de Cristo. «Estoy muy nervioso y entusiasmado porque significa que traslado su cuerpo. Quiero hacerlo muy bien y, sobre todo, que no me caiga», explicaba muy emocionado. Su esmero y esfuerzo valió la pena puesto que hizo un recorrido recto y con paso firme, como el resto de sus compañeros.

El pequeño Cristo porteado por los niños. SIMAL
Imagen - El pequeño Cristo porteado por los niños.

«La fe mueve montañas y esperemos que les ilumine en su camino en la vida. Queremos que conozcan el significado de la Semana Santa y, la verdad, que nos agrada las ganas que le ponen, y el número de familias que quiere participar y que va en aumento cada año», comentó Cristina Arca, de la Coordinadora Arciprestal de Asturias.

«Descubrir la pasión de Jesucristo, conocer por lo que luchó, lo que sufrió y, además, el milagro del encuentro con su madre, la Virgen, y su bonita resurrección, es el mayor momento de revelación de fe», afirmó el párroco de San José.

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