La tarjeta de la ORA de Gijón será gratis para residentes con etiqueta ambiental y subirá 5 euros sin ella

Con las condiciones vigentes, los titulares de vehículos clasificados como 'ECO' o '0 emisiones' ya no pagan por la tarjeta de la ORA, mientras que el resto pueden optar por una cuota anual de 45 euros o una trimestral de 22,50. La intención es que a partir del 1 de enero tampoco paguen los residentes con vehículos con etiqueta 'B' o 'C', al tiempo que se suprime la tarjeta trimestral y la anual se eleva, para los titulares de coches sin etiqueta ambiental, a 50 euros. Estos usuarios pagarían por tanto cinco euros más, lo que equivale a una subida del 11%. La concejala de Hacienda, Marina Pineda, no supo concretar el número de beneficiarios de la futura tarjeta gratuita entre los más de 5.500 gijoneses registrados como residentes a efectos de la ORA. Sí aseguró que «la mayor parte de los vehículos no tendrán que pagar por ella». Descartó por otra parte que con este cambio se vaya a disparar el número de hogares que solicitan esa tarjeta anual para poder hacer uso de la zona azul o de las futuras zonas naranjas exclusivas para residentes que vienen previstas en la ordenanza de Movilidad. «No tiene por qué. El precio actual no disuadía de sacarla», apuntó.

Movilidad reducida

La propuesta de modificación del precio de la zona azul para residentes no solventará la polémica creada este año con respecto a las personas con movilidad reducida pues, según explicó Pineda, «legalmente en una ordenanza fiscal no es posible establecer una bonificación específica para personas con discapacidad». Los titulares de la tarjeta de movilidad reducida que vivan o trabajen en Gijón podrán solicitar una tarjeta de residente que sería válida para todas las zonas de la ciudad, aunque su coste será el mismo que para el resto de usuarios. Es decir, gratis si su vehículo tiene el distintivo ambiental y 50 euros al año si no lo tiene.

El precio de los tiques adquiridos en parquímetro permanecerá invariable (0,95 euros por hora en zona azul; 1,25 en las futuras zonas verdes; y entre 1,25 (por la tarde) y 4 euros (por la mañana) en las zonas rojas que está previsto crear para paradas muy breves). Y también se mantendrá la posibilidad de que los titulares de vehículos '0 emisiones' obtengan por 100 euros al año una tarjeta que les permite utilizar cualquier plaza azul o verde de la ciudad, sin restricción por sectores, aunque ahora se indicará de manera expresa en la ordenanza que para solicitarla no es necesario ser residente en Gijón.

Congelación general

Las ordenanzas fiscales presentadas por la junta de gobierno, y a las que los grupos de la oposición podrán presentar enmiendas hasta el 6 de octubre, congelan el grueso de tasas e impuestos, incluidas la viñeta, la plusvalía y el IBI, donde el único cambio son pequeños matices técnicos sobre las bonificaciones existentes para inmuebles que instalen sistemas de aprovechamiento energético, como por ejemplo placas solares. Se descarta recuperar el denominado «IBI para ricos», que en 2020 se planteó para grandes empresas antes de suprimirlo por la pandemia, «porque la actividad económica es esencial para la ciudad».

El principal cambio, como adelantó EL COMERCIO, es la subida de un 30% en la tarifa de basuras de Emulsa y del 5% en la del agua de la EMA, que Marina Pineda relacionó con la necesidad de garantizar la supervivencia de ambas empresas y, con ello, la prestación de unos servicios públicos «que son esenciales». Destacó que «desde 2014 en la EMA solo hubo una subida del 5% y en Emulsa desde 2012 el único incremento fue de 0,50 euros por bimestre», mientras se han ido encareciendo suministros -este último año especialmente electricidad y, en el caso de Emulsa, combustible-. Añadió que la empresa de gestión de residuos afrontará en 2023 una subida de las tasas que la cobra Cogersa, así como un nuevo impuesto estatal a la basura que se lleva al vertedero, que le supondrá 3,2 millones de euros al año. «La subida es importante, pero necesitamos incrementar los ingresos de la empresa para mantenerla», indicó, recordando además que la EMA cerró 2021 por primera vez en su historia con pérdidas y cómo en 2015 ya estuvo en riesgo la continuidad de EMTUSA por la normativa sobre estabilidad financiera. Esta última empresa, a diferencia de las otras, mantendrá en 2023 congelado el precio del billete de autobús pese a que «su situación no es precisamente buena».