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Hacia 1927. Sala de bocetos del Real Instituto Jovellanos. Constantino Suárez (Museo del Publo de Asturias)
Gijón tuvo el primer museo de Asturias
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Gijón tuvo el primer museo de Asturias

La Sala de Bocetos Propiedad de Jovellanos, estaba instalada en su Real Instituto, tenía cerca de 800 láminas de los mejores artistas europeos y fue pionera en la región

Domingo, 30 de marzo 2025, 01:00

Quién nos iba a decir que, hoy por hoy, Gijón podría considerarse una de las ciudades españolas con mejor grado de equipación cultural, y también deportiva, de España. Una cobertura más que suficiente para los habitantes que somos, a una distancia muy próxima y con una accesibilidad bastante buena. Tengamos en cuenta que es una ciudad media; no es Barcelona ni Madrid ni Sevilla. Pocas ciudades pueden decir lo mismo, repetimos. Esto es porque los principios renovadores suscitados al calor del urbanismo democrático acarrearon reformas interiores de los cascos históricos aprovechando palacios o grandes inmuebles que adolecían un importante abandono o deterioro para convertirlos en equipamientos culturales, más concretamente museísticos.

En Gijón podemos señalar, sin salirnos de «la muralla», los casos del museo de la casa natal de Jovellanos (un palacio del siglo XV degradado), el Barjola (otro palacio con capilla, de los Jove Huergo, que también fue ocupado por los hermanos de La Salle), el Nicanor Piñole (asilo Pola) o el mal llamado palacio de Revillagigedo (palacio de San Esteban donde se volvió a residir parcialmente en la posguerra), incluso podemos sumar las intervenciones de la conversión de la Antigua Rula en sala de exposiciones y la ulterior museificación de las Termas Romanas. Pero nos falta algo que fue anterior a todo esto, en un inmueble también reaprovechado —en parte— y también dentro del primitivo recinto murado, exactamente en el corazón del Gijón ilustrado.

Copia de dos bocetos de Goya que formaban parte de la colección de dibujo de Gaspar Melchor de Jovellanos.

El espacio museístico por desvelar es la tan poco mencionada y valorada Sala de Bocetos. Así se llamaba, no tenía nombre propio oficial aunque sí se le adjudicaban las mayúsculas porque en su tiempo era un espacio significativo. Estaba alojada en el Real Instituto Jovellanos sito en la calle homónima y promovido por el mismo prócer. Recordemos que el ahora Centro de Cultura Antiguo Instituto fue proyectado en 1797 por Juan de Villanueva y en 1807 tan solo se había terminado su primera planta; fue Ricardo Marcos Bauzá quien lo recreció y terminó en 1892.

Mejores artistas del mundo

Sabemos que en la planta baja se instaló la Sala de Bocetos. Era una colección nada menos que de unos 800 bocetos, dibujos y pinturas inacabadas que había ido adquiriendo Jovellanos, eran de su propiedad, efectuados por los principales artistas europeos hasta la fecha, muchos de los genios del Renacimiento italiano o del Barroco español. La colección de bocetos de Jovellanos, que fue, pues, por donación, la primera pinacoteca municipal y asturiana, estaba compuesta por bocetos de Tiziano, Miguel Ángel, Durero, Herrera, Goya, Velázquez, Ribera, Murillo, el Greco… Una auténtica joya de valor incalculable que llegó a resonar varias veces en París. Sí, una de las cunas del arte y la cultura mundial se hacía eco de los bocetos que había en Gijón.

También se conoce que en la biblioteca del Real Instituto Jovellanos, según Acebal y Escalera (1878), se colocaron más de un centenar de bocetos en 1867 y que luego fueron trasladados todos en conjunto a una extensa sala rodeada de vitrinas; ellos fueron los primeros que los reprodujeron en litografías. La Sala de Bocetos era considerada el primer museo de la historia de Asturias, ya que era un espacio de acceso público y gratuito que podía visitarse todos los días no festivos, como asevera Fermín Canella (1899).

Hay fotos de esos bocetos publicadas (grabadas) en el libro de la Exposición Regional de 1899, de Canella. Pero las primeras y únicas imágenes conocidas hasta la fecha de la Sala de Bocetos en su estado original son las de Constantino Suárez hacia 1927, con esas vitrinas pegadas a las paredes y en medio de la sala, las cuales se custodian en el Museo del Pueblo de Asturias.

¿Qué pasó con los bocetos?

Cuando la Compañía de Jesús fue disuelta por la instauración de la Segunda República, en 1932, y sus bienes fueron incautados: al enorme colegio de la Inmaculada se llevó el instituto Jovellanos, también se habilitó como cuartel y como sanatorio. Como se podrán imaginar, tras producirse la sublevación militar y el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936, todo esto quedó destrozado por los cañoneos y los bombardeos. Los importantísimos bocetos de Jovellanos realizados por los mejores artistas del mundo se perdieron para siempre y no se volvió a saber de ellos. Un gran pena, una mancha negra en la historia artística de Gijón. Una decapitación de nuestro patrimonio. Ay, las guerras…

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