Adiós a Paco Rico, el policía que «tenía el don de hacer sentir bien a todo el mundo»

«Esto es reflejo de cómo era Paco y de todo el cariño que sembró a lo largo de su vida». El agente de la Policía Local de Gijón Francisco Rico Gil fue despedido por sus compañeros, sus familiares y sus muchos amigos por todo lo alto en un emotivo homenaje en el que fueron pocos los que pudieron contener las lágrimas. «No merecía menos, era una persona que allá por donde pasaba creaba buen ambiente y eso no lo puede decir todo el mundo, es un don que tenía él y por eso la gente está tan afectada», acertaba a decir uno de sus colegas en un abarrotado tanatorio de Jove del que el féretro salió a hombros y entre aplausos.

El coche fúnebre salió rumbo al tanatorio de Cabueñes, donde los restos mortales iban a ser incinerados, custodiado por una veintena de motos de Tráfico, a la que él perteneció durante cuarenta años de servicio. Entre lágrimas, acompañaron a Paco por toda la ciudad, recordando los muchos momentos vividos a su lado y lamentando no poder cumplir los muchos que les quedaban por vivir.

Hace apenas unos días, ya muy enfermo, celebraba su 67 cumpleaños en el Hospital de Jove acompañado por sus dos hijos (uno de sangre y el otro su sobrino, al que crio y al que consideraba como hijo suyo) y del resto de sus familiares. «Luchó hasta el último momento aún sabiendo que su situación era muy complicada y lo hizo con una sonrisa y con su característico buen talante y humor, todo un ejemplo», dicen sus allegados, que lloran su pérdida arropados por su segunda familia, la plantilla de la Policía Local de Gijón, que acudió prácticamente al completo a despedir a todo un baluarte y un referente del cuerpo.

Entre los presentes, muy emocionada, estaba la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, que guardaba una estrecha relación con Francisco Rico Gil después de que este hubiese ejercido durante años las funciones de escolta en su anterior etapa en la alcaldía. Estuvo acompañada por la concejala de Seguridad Ciudadana y Emergencias, Nuria Bravo, y del director general de la alcaldía, Jaime Fernández-Paíno. También asistieron compañeros guardia civiles de su hijo y el comisario de la Policía Nacional Jesús Marcos Riaño.

Uno de esos muchos proyectos que a Paco le quedaron por cumplir es ver hecho realidad uno de las faenas en la que andaba metido y con la que disfrutaba sobre manera: el museo de la Policía Local en el nuevo edificio de la jefatura. Colaboraba de forma estrecha desde la asociación de veteranos con todo el material histórico que fue atesorando a lo largo de su vida para que el público tuviera la oportunidad de verlo. Ahora ese museo se hará en su honor.

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