La plaza de toros de Gijón se cubrirá del 4 de abril al 15 de junio para una programación de ocio

Los socialistas, ya antes de cerrar el paso a las corridas de toros, habían diseñado un plan de usos específico para que la autorización de eventos estuviera supeditado al interés general. Por ejemplo, una fiesta como la de Nochevieja no podría hacerse allí, pero sí eventos culturales o deportivos. Y con la tutela de Divertia.

Sin que aún se conozca el detalle de lo que se va a hacer en El Bibio durante 2024, los planes del actual presidente de la empresa pública, Óliver Suárez, van por ese camino. Dice que «es un proyecto bastante avanzado» y que consistirá en una programación variada, con conciertos, teatro, espectáculos infantiles y eventos deportivos en fin de semana. Esto podría parecerse bastante a lo anterior, y solo quedaría ver si salva la mercantilización del espacio público.

De las certezas, hay dos. Las fechas en las que está previsto poner todo esto en marcha: del 4 de abril al 15 de junio; y lo otro, que se tapará la plaza de toros. Con un matiz importante: «No afectará a la infraestructura», dejó claro el presidente de Divertia, quien no quiso pronunciarse sobre el punto en el que están las obras de remodelación del inmueble dado que se trata de una competencia de Urbanismo.

El estado de la plaza fue, precisamente, una de las refriegas del final del mandato anterior. Se encargaron informes que actualizasen el estado de la infraestructura una vez cerrada en marzo de 2022. Aquí hubo bastante lío porque un documento inicial fue catastrofista, y uno segundo conocido a principios de año aconsejaba intervenir, pero decía que su estado «no comprometía la seguridad». Lo que aconsejaba eran labores de mantenimiento, reparación, mejoras puntuales y conservación, que se habían visto agravadas por el prolongado periodo de inactividad.

Llegado a ese punto (y dilema sobre por donde tirar) apareció una nueva vía, todavía hace unos meses, en el mandato anterior. Se presentó a una convocatoria de fondos europeos, con un tope de tres millones de financiación, para rehabilitar el inmueble, incluyendo una techumbre. El coste total de la transformación en un 'Ágora' era de 6,2 millones.

Con el cambio de gobierno, y la llegada de Foro y PP (por entonces también Vox) cambió el modus operandi, las corridas de toros pasaron a ser prioritarias. Una junta de gobierno extraordinaria y urgente autorizó el uso de para la celebración de la Feria de Begoña en agosto. Se adjudicó el alquiler del coso gijonés a una de las empresas taurinas que ya habían hecho llegar al Ayuntamiento sus solicitudes, la de Carlos Zúñiga. Bien es cierto que desde el primer momento se trasladó que se estaba trabajando en un calendario para que la plaza de toros acoja actividades culturales el resto del año. Prueba de ello será la presentación que hará las próximas semanas con cartel completo de actividades durante más de dos meses previos al verano.

Entre tanto, lo que se conocía en septiembre es que aquel proyecto, el del 'Ágora' no era seleccionado, parece que por muy pocos puntos. «Cuestión de décimas», dijo la directora de Innovación, tanto con el PSOE, como ahora en el bipartito, Patricia Zapico. Hubo 99 solicitudes y solo 14 fueron seleccionados. No obstante, Zapico afirmó entonces que se podría recuperar el proyecto y buscarle otras vías de financiación.

Por la plaza de toros han pasado todo tipo de actividades en lo que va de siglo. Se han podido ver conciertos, se ha celebrado el Oktoberfest, fiestas privadas de Nochevieja. Por un día de alquiler en el que solo se necesiten el albero y las instalaciones de la planta de la plaza de toros, el Ayuntamiento cobraba 816 euros. Por el uso de las gradas descubiertas, 221,55 euros al día. Y por las cubiertas, 461,10.