Un grupo de turistas guarda sus pertenencias en un coche delante del nuevo bloque de apartamentos turísticos de Ventura Álvarez Sala, junto a la plaza Mayor, que aún no ha abierto sus puertas. D. ARIENZA

El plan urbanístico de Gijón limitará los pisos turísticos a las primeras plantas de los edificios

Los usos ya existentes con licencia no quedarán fuera de ordenación, pero los nuevos deberán aislarse de esta forma del vecindario

MARCOS MORO

GIJÓN.

Martes, 22 de mayo 2018, 02:59

La revisión en curso del Plan General de Ordenación (PGO) endurecerá las normas para limitar los pisos turísticos. Una vez que entre en vigor la nueva normativa urbanística, a finales de este año o principios del próximo, no se podrán instalar en ningún ... caso en plantas sobre vivienda. ¿Qué quiere decir esto? Pues que las casas que los particulares alquilan a viajeros solo estarán permitidas en la primera planta de los edificios para aislarlas del resto de vecinos. O en la segunda si la primera está ocupada por oficinas, por ejemplo.

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Los usos ya existentes con licencia como alojamiento de turistas no quedarán fuera de ordenación, pero los nuevos propietarios que quieran pasarse a este tipo de arrendamiento vacacional deberán ajustarse a esta restricción. Esta medida se justifica para evitar las molestias que acarrea el trasiego de viajeros al resto del vecindario y también como una ordenación de los usos dentro de los bloques de viviendas.

Según ha podido saber El COMERCIO, esta regulación del uso de hospedaje, que afectará a los pisos turísticos, vendrá recogida en el artículo 2.1.23 de las normas urbanísticas del nuevo Plan General.

Palma de Mallorca será a partir de julio el primer municipio en prohibirlos 'sine die'

Con esta limitación en su planeamiento urbanístico, Gijón seguirá los pasos de Bilbao, el espejo en el que se ha mirado el equipo redactor coordinado por Emilio Ariznavarreta en cuanto al amplio proceso de participación ciudadana y el modelo de tramitación. El Ayuntamiento de la capital vizcaína, gobernado por el PNV, fue el primero en aprobar el pasado enero una medida pionera: limitar los pisos turísticos a las primeras plantas de los edificios o en los bajos. El nuevo Plan General de Bilbao así lo fija y, además, pone líneas rojas en el centro histórico, donde solo permitirá un alojamiento turístico por edificio, también en la primera planta. Una idea que está barajando también el Consistorio de Valencia, gobernado por Joan Ribó (Compromís).

En este momento casi una de cada siete plazas turísticas gijonesas está en una vivienda privada. Pertenece a una persona que ha decidido sacar rendimiento a su piso como alojamiento de viajeros. Una decisión que en Gijón han tomado 236 propietarios, el mismo número de arrendadores que han legalizado su negocio desde agosto de 2016, fecha en que entró en vigor el decreto del Principado para acabar con los alquileres pirata. Estos propietarios que alquilan sus casas ofrecen espacio para 1.200 viajeros frente a las 4.445 plazas de los hoteles.

Rufo García Rendueles y Ezcurdia, en el barrio de La Arena, y Corrida, en el centro, son las calles con más licencias concedidas, ya que la proximidad a la playa de San Lorenzo es el principal reclamo para los turistas.

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Lograr el cartel del VUT (Vivienda de Uso Turístico) y alquilar con la correspondiente licencia implica tributar en Hacienda, contratar un seguro de responsabilidad civil de 150.000 euros, contar con la aprobación de la comunidad de vecinos y dejar constancia de quién utiliza el piso y durante cuánto tiempo.

Problema en aumento

Los pisos turísticos se han convertido en un problema para las grandes ciudades españolas. Las casas que antes se alquilaban a estudiantes, trabajadores o vecinos de la misma ciudad ahora se preparan para ser arrendadas a viajeros para estancias cortas. La rentabilidad que obtienen los particulares es muy superior y eso ha provocado que de un fenómeno minoritario y controlado se haya pasado a otro de difícil manejo para las administraciones afectadas.

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La apertura masiva de pisos turísticos en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao o San Sebastián ha provocado la llegada descontrolada de turistas al centro histórico de esos municipios, una escalada en el precio del alquiler y una falta de oferta de pisos para arrendar sin precedentes. Pero el impacto más negativo han sido los problemas de convivencia que han surgido entre vecinos y turistas. De ahí la adopción de medidas para ordenar la situación.

Palma de Mallorca se convertirá a partir de julio en el primer municipio español que prohibirá 'sine die' alquilar pisos a viajeros (en casas unifamiliares sí estará permitido) para proteger al residente ante el crecimiento incontrolado de este tipo de oferta.

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