La ordenanza de Movilidad de Gijón deja de estar en vigor

¿En qué se traduce esta anulación? En que dejarán de aplicarse todas las normas específicas para Gijón que no dependen de la legislación de rango superior. Entre ellas, las restricciones de circulación y estacionamiento vinculadas a la edad de los vehículos y, por tanto, a su potencial contaminante. Los vehículos que por su fecha de matriculación carezcan de la etiqueta ambiental de la Dirección General de Tráfico ya no tendrán vetado el uso de la zona azul, como empezó a ocurrir en abril de 2022. Y los que sí cumplan las condiciones para obtenerla tampoco estarán obligados a lucirla en el parabrisas, como quedó impuesto desde junio del año pasado. En la práctica los ciudadanos no notarán cambios con respecto a anteayer, pues tras la llegada del nuevo gobierno ambas acciones dejaron de sancionarse y, de hecho, desde julio los parquímetros vuelven a expedir tiques de la ORA para todos los coches, independientemente de la fecha de fabricación.

Pero con la anulación de la ordenanza se cae también su calendario de restricciones futuras, que contemplaba por ejemplo que a partir de enero de 2026 los vehículos sin etiqueta ambiental no pudieran ni siquiera circular por el casco urbano de Gijón. De hecho, a partir del 1 de enero ya no iban a poder hacerlo los taxis sin etiqueta ambiental o cuya pegatina de la DGT corresponda a la categoría B -vehículos diésel matriculados entre 2006 y 2014 y gasolina entre 2001 y 2006-. Y sin salir del ámbito de las restricciones ambientales, también desaparece de la norma municipal la referencia a la creación de zonas de bajas emisiones, si bien la Ley de Cambio Climático y Transición Energética obliga a establecerlas en todas las ciudades de más de 50.000 habitantes.

En la misma línea, desaparece la base para establecer «áreas de prioridad residencial» como las que se querían incluir en el nuevo Plan de Movilidad. Un caso diferente es Cimavilla y su horario de acceso restringido, pues ya venía recogido en la ordenanza de 2002 que vuelve a estar en vigor. Precisamente ayer el concejal de Tráfico y Movilidad, Pelayo Barcia, señaló ayer en comisión que antes de finalizar el año volverán a estar en funcionamiento las cámaras que se ocupan de controlar las entradas y salidas. Lo que sí cambia en el Barrio Alto es la limitación general de velocidad a 20 kilómetros por hora que venía recogido en la ordenanza ahora anulada. No ocurre así con el resto de limitaciones de velocidad en el casco urbano que entraron en vigor estos últimos años (30 kilómetros por hora en calles con un único carril por sentido y 20 kilómetros por hora en calles con plataforma única), pues si bien empezaron a aplicarse casi a la vez que la ordenanza, coinciden con las previstas en la última modificación del Reglamento General de Circulación.

En la zona azul otro efecto inmediato de la anulación de la norma municipal de 2021 será que los titulares de la tarjeta de estacionamiento para personas con movilidad reducida podrán volver a estacionar de manera gratuita. La ordenanza les obligaba a pagar la ORA, permitiendo en el caso de los empadronados en Gijón o quienes tuvieran su centro de trabajo en el concejo obtener una tarjeta de residente por la que debían pagar 45 euros al año. También desaparece el límite de una tarjeta de residente por domicilio, así como la previsión de ampliar el actual perímetro de la ORA y establecer nuevas zonas verdes, naranjas y rojas para residentes o para permitir aparcar solo unos minutos.

Decaen además normas específicas para los patinetes eléctricos, como la obligatoriedad de que los usuarios utilicen casco cuando estén circulando por calzada.