«La próxima vez que oigáis un trueno será Vicente arrancando su moto»

Ni siquiera la lluvia frenó al más de medio centenar de motoristas que se acercaron esta tarde hasta la iglesia parroquial de San Lorenzo para despedir a Vicente Navarro Delgado, fallecido este martes en un accidente de moto a los 48 años. Consternados por la repentina pérdida, amigos y compañeros de club quisieron arropar a la familia, hundida por lo ocurrido. Gerente de la zapatería Kicker's, fundada por sus padres y uno de los negocios más conocidos de Gijón, Navarro sentía pasión por las motos. Una pasión que mantuvo hasta el último momento de su vida, como probaba el chaleco del club Los Froilanes, del que era delegado en Asturias, que ayer adornaba su féretro, introducido en el templo por los que fueron sus compañeros.

Fue un funeral corto, pero con la intensidad que el fallecido le daba a todo lo que hacía en su vida. «La vida se mide por la intensidad y la calidad de lo que uno haya vivido. La de Vicente, aunque haya vivido solo 48 años, ha merecido la pena», afirmó el sacerdote, quien tuvo palabras de ánimo para toda la familia, y en especial para la madre de la víctima. «Hay muchas personas que cuando fallecen nadie se acuerda de ellas. Sin embargo, hay personas que pasan años de su fallecimiento y la gente todavía tiene su nombre en los labios. Son las personas que han amado y hecho bien de verdad», dijo en referencia a Navarro.

Quienes le conocieron, describen a Navarro como un hombre afable, amigo de sus amigos y siempre dispuesto a ayudar. Unos valores que quiso subrayar la que fuera su pareja sentimental, en un emotivo discurso ante todos los asistentes. «Vicen podía ser muchas cosas, pero triste era algo que no se podía decir de él. Gran compañero de viajes y rutas, siempre estaba preocupado porque todo el mundo estuviera a gusto. Era un tío disfrutón. Disfrutaba de todo y te hacía partícipe de ello», afirmó, incapaz de contener el llanto cuando le tocó cerrar el discurso con unas palabras que quedarán en el recuerdo de todos los que conocieron al fallecido. «La próxima vez que oigáis un trueno, ese será Vicente arrancando su moto».