Lágrimas y conmoción en la hostelería gijonesa por la muerte de Floro

«Era cercano, cariñoso, alegre, conciliador, amable y siempre con buena cara». Así recuerdan al hostelero gijonés Florentino Gordillo, de 52 años, conocido por todos como 'Floro', quien fue encontrado muerto este sábado en su domicilio de Gijón.

Fueron dos de sus trabajadores quienes le localizaron sin vida tras acudir a su domicilio a buscarlo al ver que no aparecía por su lugar de trabajo.

La inesperada noticia está causando una gran conmoción, especialmente entre el gremio hostelero, en el que llevaba muchos años y era muy conocido y querido.

Javier Martínez, socio del grupo Gavia, en el que trabajaba Floro, mostraba su incredulidad y dolor. «Trabajé con él muchos años. Lo conocía todo el mundo por ese carácter suyo conciliador; nunca buscaba enfrentamientos, todo lo contrario, era positivo y propiciaba la unión entre todos».

Su gran amigo Gelu Rodríguez no podía contener las lágrimas y apenas podía articular unas palabras. «Se me ha ido mi amigo del alma».

Hace poco más de un año en una entrevista concedida a EL COMERCIO declaraba que «estoy en este mundillo porque lo que más me gusta es que la gente se divierta y lo pase bien».

Desde su adolescencia su vida quedó ligada a la hostelería. Regentó varios negocios y fue relaciones públicas de El Jardín, Oasis, Tik y El Berlín, entre otros. Con el grupo Gavia mantuvo siempre una relación estrecha. Estuvo al frente del Bambara y en estos momentos se encargaba del Mamáguaja.

Floro, que cumplió hace apenas un mes 52 años, estaba soltero y vivía con sus padres, en el barrio de Pumarín. Precisamente, sus progenitores no se encontraban en Gijón porque se habían ido al pueblo a pasar unos días.