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Carmen Moriyón, durante la presentación del Centro de Arte Tabacalera de este viernes.

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Carmen Moriyón, durante la presentación del Centro de Arte Tabacalera de este viernes. Fotos: José Simal

Moriyón: «Son muy pocas las ciudades que pueden ser dueñas de su destino como Gijón lo es con Tabacalera»

En su intervención en el acto celebrado en el Edificio Histórico de Tabacalera, la alcaldesa ha incidido en que ha tenido «el privilegio de ver nacer proyectos que hoy en día son certezas tan sólidas como estos muros que nos rodean»

Iván Villar

Gijón

Viernes, 12 de julio 2024

La sala de la segunda planta de la antigua fábrica de tabacos donde en sus últimos años de actividad industrial estaban las máquinas del taller de Farias, y que en el futuro albergará un gran área expositiva para colecciones artísticas de alcance internacional que ahora no tienen cabida en la ciudad, albergó ayer la presentación del proyecto definitivo para el Centro de Arte Tabacalera Gijón/Xixón, un complejo cultural que el Ayuntamiento confía en poder inaugurar «a lo largo de 2027». Para ello, según anunció el concejal de Infraestructuras Urbanas y Rurales, Gilberto Villoria, «en las próximas semanas» se iniciarán los trámites de contratación de las obras con el objetivo de que puedan arrancar a principios de 2025. Conllevarán una inversión de 21 millones de euros e incluirán el desarrollo en paralelo de la reforma del edificio de Tabacalera, que antes de fábrica de tabacos fue convento, y la construcción de dos edificios de nueva planta –adyacentes a los dos bloques de viviendas de la parte más alta de la calle Escultor Sebastián Miranda–, uno de ellos para usos administrativos y culturales (además de espacios de trabajo para servicios culturales del Ayuntamiento incluirá un auditorio para 400 personas y seis salas expositivas) y el otro para usos hosteleros.

«Este proyecto es un mensaje al mundo de que Gijón está aquí y que esta ciudad está lista para ir a por todas», destacó durante la presentación la alcaldesa, Carmen Moriyón, quien aseguró que en 2014, tras haber sido informada por el interventor municipal de la recuperación de unos fondos europeos que llevaban tiempo pendientes de cobro, su gobierno tuvo claro que «no podían ser para otra cosa que para Tabacalera, porque se lo debíamos a una ciudad que no entendería que perdiéramos la oportunidad de recuperar este edificio». En 2015 arrancaron las obras de consolidación, que se prolongaron hasta 2020. «No son muchas las ocasiones en las que un alcalde tiene una decisión así en sus manos. Y aunque la tomamos en una situación más complicada que la actual, en la que veníamos de un año con el mayor pico de desempleo y muchas necesidades sociales, la apuesta mereció la pena. Vi nacer un proyecto que ahora es una certeza tan sólida como estos muros que nos rodean», añadió.

Ahora toca iniciar una actuación «que no será ni una obra más, ni un proyecto de gobierno, sino un proyecto de ciudad para un centro de arte con el que ganarán la ciudadanía, Gijón y Asturias. Porque pocas ciudades pueden ser dueñas de su destino como lo es Gijón con Tabacalera».

Un «transatlántico cultural»

La concejala de Cultura, Montserrat López, definió el futuro complejo como «un transatlántico cultural» con el que «Gijón será una referencia cultural en el contexto nacional e internacional». Y celebró el hecho de que se vaya a desarrollar sobre «una de las construcciones con mayor valor arquitectónico e histórico de Gijón, porque supone recuperar la mejor imagen de la ciudad, su identidad cultural y su territorio, para ponerlo a disposición de todos».

Remarcó que el Centro de Arte Tabacalera Gijón, con sus edificios complementarios, «permitirá mostrar novedosos discursos expositivos ligados a su historia, proyectos del mayor interés de los circuitos nacionales e internacionales y propuestas escénicas y de instalaciones innovadoras, además de ofrecer un espacio de trabajo para la Fundación Municipal de Cultura».

Los arquitectos Ignacio Olite y Óscar Pérez fueron los encargados de presentar el proyecto, que a sus 12.995,89 metros cuadrados construidos (de ellos, 9.910 metros cuadrados útiles) sumará una nueva conexión entre Cimavilla y el Cerro e incluirá 1.500 metros cuadrados de espacios ajardinados. El edificio histórico, al que se accederá por un vestíbulo compartido con los dos de nueva planta, dedicará su planta baja a mostrar la historia de Gijón poniendo en valor los restos allí presentes –el aljibe romano, los restos y estancias del convento de las agustinas recoletas, los elementos industriales...– y las dos superiores a albergar exposiciones de arte. La iglesia barroca será un espacio polivalente para todo tipo de expresiones culturales y la antigua vicaría se dedicará a usos administrativos ligados al propio centro de arte.

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