Una nueva marea de suciedad obliga a prohibir el baño en toda la playa de San Lorenzo

Desde ella, miembros de la Unidad de Vigilancia Medioambiental de la Policía y Bomberos de Gijón tomaban muestras de agua en diferentes puntos de la bahía. Una teñida de color marrón. En la orilla, restos de ramas y palos parecían dejar claro que lo de ayer era fruto de las tormentas de las últimas 48 horas. El Piles vertió en el Cantábrico una riada con todo lo arrasado a su paso.

Las muestras, según informó el Consistorio en una nota de prensa, serán enviadas al laboratorio de la Empresa Municipal de Aguas (EMA). Hasta tener los resultados, el baño no será posible en San Lorenzo. La bandera roja, izada a las seis de la tarde de ayer, no será arriada hasta que haya garantías para el baño.

La prohibición no tiene precedentes. La directora del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Gijón, Clara González-Pedraz, así lo explicó el pasado domingo en una entrevista concedida a EL COMERCIO. «La responsable de Salvamento, Flor Palacio, dice que nunca se activó una bandera roja por vertidos». Han sido las medusas o las malas condiciones para el baño las únicas que han prohibido disfrutar de las aguas de San Lorenzo.

Pero, tras lo ocurrido el último fin de semana de mayo, cuando la playa se cubrió de una riada marrón, con fuerte olor a cloaca, que causó problemas dermatológicos a algunos usuarios y que, finalmente, se demostró que tenía materias fecales, los técnicos municipales no quieren arriesgarse.

Los que tampoco quieren riesgos con los miembros de la Coordinadora Ecoloxista. En un comunicado hecho público tras aparecer la mancha marrón, que comenzó desde la desembocadura del río Piles, pero pronto llegó hasta la Escalerona, anunciaron la presentación de una denuncia en la que piden «al Ayuntamiento y al Principado que inicien una investigación de los hechos, se tomen muestras en la playa, se nos informe del desarrollo de esta denuncia en vista del riesgo que puede suponer para los usuarios de la playa estos vertidos que ya son demasiado frecuentes». Una frecuencia también criticada por Ciudadanos. El concejal de la formación en el Consistorio, José Carlos Fernández Sarasola, dejó claro que «ya cuestionamos las explicaciones ofrecidas sobre el anterior incidente, cuando se achacó a la tormenta. Ahora, tras la aparición de una nueva mancha, creemos que esta versión ha quedado en tela de juicio por lo que reclamaremos que se efectúe una investigación en profundidad y más exhaustiva para determinar las causas concretas».

En un paso más allá, Fernández Sarasola pide que se tomen «actuaciones a corto plazo para evitar que esto vuelva a suceder». Entiende que «no se puede minimizar el problema como irresponsablemente quiere hacer el gobierno local. Hay que trabajar para evitar que se sigan produciendo».

Sobre todo, porque como explican desde la Coordinadora Ecoloxista, «estos graves episodios perjudican notablemente a una ciudad que quiere vivir del turismo», sin olvidar «el daño que se causa a las personas. En esta ocasión, es de agradecer que, a diferencia de lo ocurrido el último fin de semana de mayo, sí se haya colocado la bandera roja para evitar riesgos a los bañistas».

Una solución, no obstante, que entienden temporal. «Es necesario aplicar ya soluciones definitivas a estos vertidos que no hipotequen la temporada de baños y el mar», concluyen.