«Hay que ir de la mano de todos los ciudadanos de Gijón»

-(Risas) La chicharra del móvil no para de funcionar.

-¿Todas buenas?

-Sí he recibido muchas muestras de cariño, de multitud de gente, de apoyo del partido, de vecinos y vecinas... estoy desbordado.

-¿Toca felicitarle?

-Soy precandidato. Hay que esperar a hoy. No sé si habrá alguien más.

-¿Se ve como una figura de consenso?

-Lo soy para la Ejecutiva local, pero para que sea de consenso depende del proceso de primarias, que están abiertas a cualquiera que se quiera presentar.

-Cita a la Ejecutiva local, ¿y la autonómica?, ¿ha hablado ya con ellos?

-He hablado, indirectamente, hace tiempo. Pero hoy (por ayer) no me ha dado ni tiempo a hablar con nadie.

-Entiendo que tampoco le han llamado...

-No, de momento no. Pero yo tampoco he llamado.

-Al ser un candidato que llega después del proceso de recogida de firmas en el PSOE, ¿se siente más observado que en otras circunstancias?

-Partido hay uno, al igual que un proyecto político para Asturias y Gijón. Lo que hago es asumir, con gran honor, la incorporación a ese proyecto con el objetivo de sumar esfuerzo junto a la militancia, y al partido en general. Que me acepten como precandidato ya es un orgullo para mí.

-¿Cuánto tardó en decidirse?

-Bastante. Son decisiones duras y difíciles. Primero estaba en el sí, luego en el no. Tengo que dejar muchas cosas que configuraban mi vida últimamente y ponerme otra vez en actividad. Pero es que es muy difícil rechazar algo que merece tanto la pena. Se trata de apostar por Gijón con un proyecto progresista. El reto asusta un poco. Le reconozco que doy el salto...

-... Con vértigo, vaya.

-Sí. Es una decisión que después piensas: «¡Jo, donde me he metido!». Por la exigencia, pero contento con llevar un proyecto para que Gijón sea una ciudad inclusiva, que mire al sector productivo, ayude a los necesitados y donde la mujer sea el centro de la atención. Todo ello sabiendo que hay que ir de la mano de todos los gijoneses. Una ciudad que te acoja, libre y solidaria.

-Tras dudar, ¿cuándo cayó la balanza del lado de decir que sí?

-Pues ayer (por el domingo) por la mañana.

-¿Qué pasó ayer?

-Que me convencí de que merece la pena apostar por el proyecto progresista que está desarrollándose en la ciudad de la mano de nuestra alcaldesa. Además, también ayudó la gran acogida que tuve en la Ejecutiva y entre la militancia.

-Menciona a la alcaldesa, ¿le ha llamado?

-No, de momento no. Aunque si lo intentó no lo sé. Lo que es seguro es que no hemos podido hablar todavía. Tiene que entender que con el tema de las llamadas de Oviedo (FSA) como de aquí... solo han pasado unas horas. Pero espero que pase en estos días. Tengo ganas de ver a Ana y darle un abrazo.

-¿Ha sido buena alcaldesa?

-No me corresponde hacer valoraciones de ese calibre. Se han hecho muchas cosas en Gijón de la mano del actual equipo de gobierno. No es que lo crea, es que está ahí. Pero como precandidato no me corresponden esos análisis. Como ciudadano, afirmo que se han hecho cosas importantes y se siguen haciendo.

-¿Por ejemplo?

-Hay temas que se han empezado como los medioambientales que son una preocupación enorme; en servicios sociales se ha avanzado mucho. Gijón se mueve, no cabe la más mínima duda.

-¿Entonces por qué se va Ana González cuando ella quería quedarse?

-Ahí no entro por respeto y consideración a Ana, al partido y a todo el mundo.

-Le pongo un ejemplo con uno de los asuntos que más se ha hablado en los últimos meses, el 'cascayu': ¿abierto o cerrado?

-Vuelvo un poco a lo mismo. Yo no estoy en este momento para hacer este tipo de análisis. Soy un precandidato, y estas cuestiones deben ser contestadas más adelante.

-Pero como ciudadano ya tendría una opinión...

- Sé que hay un sector de la población que está en contra y otro que está a favor. Lo que está claro es que tiene que ganarse espacio para el peatón, pero facilitando la comunicación. Evidentemente tenemos que pensar en una ciudad para los peatones, pero siendo capaces de garantizar el empleo y la vida económica.

-¿Qué perfiles le gustarían para la lista?

-Insisto en que soy precandidato, no toca pensar en ello. Hay que trabajar desde un proyecto, en equipo, y con las personas más adecuadas. Pero ahora no es el momento de esos debates.

-¿Con ganas de campaña electoral y debatir?

-El ánimo no es tanto pelear en la campaña como pelear por la ciudad, que no se nos caiga nadie, que los últimos dejen de serlo. Que no nos olvidemos del Gijón industrial, la diversidad, el medioambiente... De momento voy a entregar una precandidatura y después los militantes decidirán si conviene que yo siga adelante o no.