La jueza suaviza el control sobre la pareja de la acusada de asesinar a su bebé en Gijón

La jueza que instruye el procedimiento por el crimen del bebé asesinado en Nuevo Roces ha modificado la medida cautelar impuesta al compañero sentimental de la madre biológica, acusada de ser la autora material del asesinato. El hombre, en libertad provisional, tenía como obligación acudir al Palacio de Justicia cada día para firmar y minimizar así el riesgo de fuga. Un mes y medio después de la imposición de la orden, la titular del juzgado de Instrucción número 2 ha cambiado la medida y la ha espaciado en el tiempo. El investigado debe acudir al juzgado los días 1 y 15 de cada mes en lugar de tener que firmar a diario.

El joven fue citado la semana pasada para declarar de nuevo sobre su posible participación en los hechos y respecto a dudas surgidas tras un tercer testimonio de la que fuera su novia, quien permanece interna en el centro penitenciario de Asturias desde que ambos fueran detenidos el 21 de septiembre por los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) que se encargaron de la ardua investigación. La jueza preguntó al investigado por los dispositivos electrónicos existentes en la casa, como tablets y teléfonos, que los días previos al arresto fueron intervenidos por las fuerzas de seguridad al estrechar el cerco sobre los sospechosos.

El procedimiento judicial está ahora a la espera del resultado de las pruebas biológicas, entre ellas las de ADN para determinar si el bebé que apareció dentro de un contenedor era hijo biológico del compañero sentimental de Silvia A. M.

El recién nacido murió apuñalado nada más ser alumbrado. La autopsia reveló que presentaba numerosas heridas inciso cortantes que le afectaron a los órganos vitales. Fue un vecino de Nuevo Roces el que localizó el 2 de agosto el cadáver en el interior del depósito de basura de la calle Jenaro Suárez Prendes, ubicado justo frente el domicilio en el que vivían sus padres. Los restos mortales estaban dentro de una mochila, con restos de la placenta y con el cordón umbilical aún colgando.

Los trabajos realizados por la Policía Nacional permitieron determinar que los presuntos autores podrían residir en el mismo barrio, dadas las evidencias encontradas en la basuras las semanas posteriores al macabro hallazgo. Fue el 21 de septiembre cuando detuvieron a la pareja. Ella inicialmente aseguró que había ocultado su embarazo a su entorno, incluido a su novio, a quien exculpó de toda responsabilidad. Fue una semana después cuando pidió de forma voluntaria volver a declarar para cambiar su versión y responsabilizar a su compañero sentimental, que desde el principio negó cualquier implicación.