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M. MENÉNDEZ
GIJÓN.
Lunes, 1 de agosto 2022, 01:01
Javier Amigo Coto, el montañero fallecido en el desfiladero del Cares tras una caída hace una semana, era un hombre muy conocido y querido en las parroquias de Jove y La Calzada. Había tenido una cafetería y una sidrería y desde hace algo más ... de diez años llevaba un puesto de la ONCE en el centro comercial de La Calzada. Es más, era miembro del comité de empresa de la organización. Sus compañeros resaltaron ayer su carisma y amistad, por lo que fueron muchos los que quisieron arropar a la familia. Además, todos portaban el chaleco propio de la ONCE. Pero también fueron muchas las personas del Club Deportivo Grupo Xove, al que pertenecía Javier Amigo, las que no quisieron faltar a su despedida.
«Había quedado con su mujer y su cuñada en encontrarse en Bulnes para comer con parte de los miembros del grupo de montaña», explicó un compañero de trabajo. El caso es que, «parece ser que recientemente se cambió el sendero para subir y se debió de confundir. En lugar de volver sobre sus pasos, decidió atajar y fue cuando tuvo el accidente», añadió.
La pequeña capilla del tanatorio de El Lauredal no pudo acoger a todas las personas que acudieron para participar de la celebración de la palabra en memoria de Javier Amigo. Sus compañeros de trabajo y de caminatas no pudieron reprimir las lágrimas. Y es que la pasión por la montaña que sentía Amigo estuvo muy presente durante el oficio. El sacerdote que lo presidió encomendó a Javier Amigo «a la reina de nuestras montañas» y pronunció una oración especialmente dedicada a la Virgen de Covadonga. Al tiempo, los familiares no dejaron de arropar ni un solo momento a su viuda, Elvira Fernández, y a su hijo Rubén.
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EL Comercio | ELENA RODRÍGUEZ
La mala fortuna hizo que el domingo 24 de julio Javier Amigo sufriera un fatal accidente en una de las laderas del Cares, en las inmediaciones de la canal de Estorez. El cuerpo quedó oculto tras una roca de grandes dimensiones, lo que hizo que fuera muy difícil dar con su paradero a pesar de los ímprobos esfuerzos que realizaron los efectivos del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil, con base en Cangas de Onís, y de Bomberos de Asturias. Precisamente, fue un helicóptero de este último cuerpo el que, a primeras horas de la tarde del pasado viernes, localizó un cadáver cuyas ropas coincidían con las del hombre que estaban buscando.
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