«Es desesperante. Ya no sabemos qué pensar sobre lo que pudo hacer»

Se cumplen más 120 horas desde su desaparición; cinco noches. Javier Amigo , montañero gijonés de 60 años y vecino de La Calzada, habría comenzado el domingo a las 11 horas la ruta ascendente de la canal del Texu -de Poncebos a Bulnes- para encontrarse con sus compañeros de montaña. Desde el domingo hasta ayer los efectivos del Grupo de Rescate Especial de Intervención en Montaña (GREIM) de la Guardia Civil peinaron varias veces por tierra y aire las laderas de la canal y el cauce del río Texu, dando por buena la opción de que sufriera un accidente en la canal.

Javier acudió a Poncebos el domingo acompañado por su mujer y su cuñada. Ambas subieron en funicular a Bulnes, pero él decidió emprender la marcha en busca de sus amigos. Fueron su mujer y su cuñada las últimas personas que vieron al montañero. Pese a la gran afluencia de gente que presentaba la ruta el domingo y la petición de la familia de informar sobre cualquier indicio, nadie ha remitido información al instituto armado.

La falta de información y el profundo y meticuloso rastreo de la canal del Texu obligó ayer a la Benemérita a ampliar el rango de búsqueda. A primera hora de la mañana, los rastreadores continuaron con el dispositivo de búsqueda, pero esta vez por el cauce del río Cares desde Poncebos hasta Estorez, la canal del Balcosín y Camburero y desde Bulnes hasta el refugio de la Tenerosa. «Hay que seguir trabajando con dureza. En este punto de la búsqueda ya no podemos descartar ningún punto del entorno», explica Pablo Villabrille.

En el operativo participó personal de los GREIM de Potes, Mieres y Cangas de Onís, además de UHEL Asturias y personal de 112. La búsqueda se suspendió a última hora de la tarde debido a la escasez de luz. Otro día de operativo de búsqueda que termina sin éxito. Más de 15 efectivos participaron en el mismo. La previsión es que hoy se reanuden, y en la misma zona que ayer, las tareas de búsqueda.

Ya desde Gijón, la familia esperó noticias de los rescatadores. Su mujer aseguró estar conforme con el cambio de área de búsqueda porque «pasan las horas y ya no sabemos que pensar sobre lo que pudo hacer. Estamos desesperados».

Javier trabaja desde hace varios años en la cabina de venta de la ONCE -su minusvalía nada tiene que ver con problemas de visión- de un centro comercial en La Calzada, barrio donde reside con su mujer. «Es una persona muy querida y conocida por todos. Una persona muy risueña y agradecida con sus clientes», aseguran varios vecinos del montañero.

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