Ionway no prevé emisiones contaminantes en la futura planta de baterías del puerto

Unos de los contaminantes que más preocupan en la zona oeste de la ciudad son las partículas en suspensión PM10 y PM2,5. El documento indica que, según los cálculos realizados, la emisión «pone de manifiesto la baja contribución de las emisiones del proyecto a los niveles de dicho contaminante en su entorno, con contribuciones máximas de 0,7 microgramos por metro cúbico y 2 microgramos por metro cúbico, respectivamente». En cuanto a las posibles emisiones de otros elementos como arsénico, cadmio, plomo, níquel o zinc tampoco alcanzarían los niveles máximos establecidos por la legislación.

La conclusión del documento, después de analizar diferentes elementos utilizados en el proceso de fabricación de las baterías de coches, es que, «teniendo en cuenta los niveles de calidad del aire actuales en el entorno de la localización de las futuras instalaciones, se considera que el proyecto de planta de producción de precursores de manteriales activos catódicos (pCAM) de Ionway, en el Puerto de Gijón, es viable desde el punto de vista de su impacto sobre el medio atmosférico». Y ello a pesar de que reconoce que la entrada en funcionamiento del proyecto «supone un incremento de las emisiones a la atmósfera como consecuencia principalmente de los procesos de procesamiento de materias primas para la obtención de soluciones de sulfato y la fabricación de pCAM». Eso sí, apunta que para minimizar las emisiones el proyecto se ha diseñado tomando como base las mejores técnicas disponibles.

Pero sí hay medidas preventivas sobre posibles emisiones atmosféricas. Uno de los aspectos en los que hay poner mayor énfasis es en la recepción, almacenamiento y transporte de los materiales, ya que pueden provocar emisiones difusas de partículas en el entorno. Por eso, se prevé una adecuada limpieza de las zonas de recepción del material para evitar la emisión de polvo, también diseñarán adecuados procesos y equipos de carga y descarga, optimizarán las rutas y los tiempos de espera de la maquinaria para minimizar las emisiones asociadas a los motores de combustión, pavimentarán los viales interiores con su limpieza periódica y establecerán una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora.

Prevén asimismo distintas medidas para tratar de prevenir el impacto de vertidos, con unas redes de drenaje propias para la planta, así como otra independiente para las aguas pluviales potencialmente contaminadas. Y con medidas para evitar y contener potenciales derrames.

Lo que parece que no supondrá ningún impacto serán las propias estructuras de la planta, ya que se ha diseñado «de forma que visualmente se minimice el impacto visual de todos los focos canalizados. En este sentido, los focos canalizados sobrepasaraán un máximo de cuatro metro el techo de los edificios que los contienen». Habrá una pantalla vegetal en todo el perímetro de la parcela.