MARCOS MORO / ÓSCAR PANDIELLO
GIJÓN.
Sábado, 2 de junio 2018, 02:08
El Ayuntamiento de Gijón ya ha movido ficha tras haber detectado restos fecales en las aguas de San Lorenzo durante el pasado fin de semana. Así lo confirmó en la mañana de ayer el concejal de Seguridad Ciudadana, Esteban Aparicio, al ... reconocer que era necesario revisar el protocolo de actuación municipal que, aunque ya se había «perfeccionando durante 2015 y 2016», no fue lo suficientemente ágil como para prohibir los baños cuando las condiciones sanitarias no fueron las adecuadas. Una situación reconocida por la propia alcaldesa el pasado jueves.
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«Ahora, vista la experiencia, se incorpora un nuevo automatismo. En cuanto haya manchas de entidad como las del otro día se hará una prohibición precautoria del baño hasta que se analice la situación», explicó Aparicio. El concejal también asumió su parte de responsabilidad por no haber prohibido el baño en su momento, aunque mantiene que las críticas de la oposición «tienen que ir dirigidas a mí y no a la ciudad», como considera que ocurrió a lo largo de la semana.
Dicho protocolo medioambiental, según reconoció, no había requerido hasta la fecha un cierre preventivo del arenal, lo que explicaría la actuación del gobierno local ante los vertidos del pasado sábado. «Antes teníamos más margen para decidir», anotó el edil, que asume su responsabilidad ante los múltiples baños que se produjeron ese fin de semana.
Especial revuelo causaron las palabras de Aparicio a principios de semana, acusando de alarmismo a los partidos de la oposición por «dar una patada en el culo a todos los gijoneses» por hacer hincapié en la insalubridad de las aguas durante el fin de semana. En este sentido, matizó parcialmente sus palabras al reconocer que el problema fue de una magnitud mayor al que en un principio se esperaba. Mantiene, sin embargo, el fondo de sus declaraciones.
«El no crear alarmismo es un valor en materia de seguridad. En un fin de semana lluvioso, con la bandera amarilla y las condiciones de la mar del pasado fin de semana no parecía aconsejable decretar un cierre de playas para generar más alarmismo atendiendo a los informes de los que disponíamos el sábado y el domingo», apostilló.
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Respecto al fuerte olor a cloaca registrado los pasados 26 y 27 de mayo en la playa de San Lorenzo en los análisis de agua del día siguiente, el lunes 28, no se detectaron anomalías (la calidad del agua obtuvo la calificación de buena o excelente en todas las zonas de muestreo salvo en la escalera 12, la más cercana al Piles, que salió suficiente). Sin embargo, en las muestras del domingo 27 sí se habían registrado altos niveles de contaminación en las escaleras 4, 8 y 12 como han sacado a la luz los resultados de microbiología encargados por la Empresa Municipal de Aguas (EMA). En esta última escalera, el pico máximo de bacterias indicadoras de contaminación fecal fue de 960 E.coli unidad lineal metro cuando el máximo permitido por ley a partir del cual se dictamina que el agua no tiene calidad de baño (calificación de insuficiente) es 500 coliformes. En la escalera 8 se alcanzaron el domingo los 860 E.coli unidad lineal metro y en la 4 se registraron 600.
El sábado 26, tal y como explicó la alcaldesa, no se tomaron muestras porque los bomberos no dieron abasto con 13 intervenciones en todo el concejo relacionadas con las intensas lluvias.
El vertido contaminante de bacterias fecales llegó a la playa a través de la desembocadura del Piles. Toda la red de saneamiento de la ciudad se unifica en un tubo en el que se juntan los residuos pluviales y las aguas residuales. Dicho tubo está dimensionado con una capacidad, lo que lleva que se desborde cuando llueve con intensidad y el desagüe se hace al río a través de aliviaderos, a unas 250 metros de la playa. Parte del material residual vertido al mar se diluye pero en este incidente concreto se produjo además un importante arrrastre de grasas pegadas a paredes de colectores como el de La Camocha. Según se puso de relieve en la reunión del Observatorio de la Playa, un 32% de los residuos analizados por la EMA contenía estas grasas de olor nauseabundo.
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El portavoz del PP, Pablo González, ironizó con la idea de que «habrá que estrenar una nueva bandera de color marrón en la playa» para cuando se produzcan este tipo de incidentes. El edil cuestionó a Foro «por negar la evidencia al estilo Esteban Aparicio 'la ciudad soy yo'», pero también tuvo reproches para el resto de grupos de oposición «por sembrar el alarmismo sin contar con la información para ello». El PP, dijo, «criticará lo sucedido sin demagogias cuando tengamos respuestas y papeles».
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