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IVÁN VILLAR
GIJÓN.
Miércoles, 1 de noviembre 2017, 00:46
La junta de gobierno aprobó ayer la firma de un convenio de colaboración con la Universidad de Oviedo para analizar en el concejo la asociación que existe entre la contaminación atmosférica y la función respiratoria infantil. Supondrá el traslado a Gijón de una experiencia que ... en Asturias se viene desarrollando desde el año 2004 en el Área Sanitaria 3, correspondiente a Avilés y sus concejos limítrofes, y que ha permitido detectar cómo la exposición durante el embarazo a sustancias como el dióxido de nitrógeno -procedente de la combustión de vehículos a moto y de la actividad de las plantas eléctricas- y el carbono negro tiene consecuencias en el desarrollo posterior de los niños, como por ejemplo un retraso «de hasta dos meses» en la capacidad de atención. Se trata del Proyecto Inma (infancia y medio ambiente), en el que participan la unidad de Epidemiología Molecular del Instituto Universitario de Oncología de la Universidad de Oviedo y el Instituto de Salud Carlos III y que tiene como principal cabeza visible en Asturias a la profesora Adonina Tardón. La acción va en línea con las medidas contempladas en el plan de mejora de la calidad del aire de Gijón, en concreto con la referente a la vigilancia epidemiológica de enfermedades relacionadas con la contaminación.
El convenio aprobado ayer contempla la aportación por parte del Ayuntamiento de dos técnicos de laboratorio clínico, que ya llevan meses formándose de forma específica para este proyecto en la Universidad, así como del material necesario para la toma de muestras. Según explicaron el portavoz de la junta de gobierno, Fernando Couto, y la directora del área municipal de Sostenibilidad y Cambio Climático, Clara Pilar González-Pedraz, este mismo mes se pretende iniciar la fase de captación de mujeres embarazadas que quieran colaborar de forma voluntaria con el estudio. «Lo ideal sería captar una cohorte de 500 mujeres», indicaron. Aunque en principio el acuerdo alcanza hasta mediados de 2018, «se buscarán fórmulas de colaboración para llevar estos estudios a buen puerto a lo largo de al menos cuatro años». Desde el punto de vista de la investigación, el objetivo es hacer el seguimiento de estas mujeres y de sus hijos hasta que los menores alcancen los dos años de edad, para lo que, tras el parto, será necesaria la colaboración de los servicios de pediatría de los hospitales.
La labor más inmediata de los técnicos aportados por el Ayuntamiento será localizar en los hospitales de Jove y Cabueñes, en colaboración con sus respectivas áreas de ginecología, a mujeres residentes en Gijón que estén en periodo de gestación y den su consentimiento informado para participar en la investigación. El primer paso será que cumplimenten un «exhaustivo» cuestionario que tiene como finalidad identificar diferentes factores que puedan afectar a sus condiciones de vida. Después se hará un seguimiento médico de estas mujeres a través de las muestras de sangre y orina, entre otras, que los servicios de enfermería de los hospitales vayan tomando en sus revisiones ginecológicas ordinarias. «Nadie va a ir a extraerles muestras excepcionales ni a hacerles pruebas que no sean las normales que les corresponden en cada fase de gestación», remarcó González-Pedraz. Las muestras se conservarán en los laboratorios del servicio municipal de medio ambiente hasta su traslado a los de la Universidad, donde será ya el equipo investigador quien realice las analíticas que considere.
Mediante programas de modelización y sistemas de información geográfica (GIS), los responsables del proyecto cruzarán después los datos obtenidos durante el seguimiento a estos mujeres con las mediciones de los diferentes contaminantes realizadas por las estaciones de vigilancia de la calidad del aire que hay instaladas en el concejo, para determinar así las condiciones que existían en cada momento en su lugar concreto de residencia.
Además de los estudios realizados en Avilés, en los últimos años el Proyecto Inma ha analizado la relación entre contaminación y desarrollo infantil en otros lugares como Granada, Valencia, Menorca, Sabadell y la comarca catalana de Ribera de Ebro, siempre con unas conclusiones similares. «Nos parece un programa que tanto cuantitativa como cualitativamente puede ser de calado, y por eso hemos acordado participar a través de este convenio para la aportación de personal para la toma de muestras, así como la difusión y el amparo al proyecto», destacó el concejal Fernando Couto.
Sobre la posibilidad de ampliar el estudio a otros colectivos, como las personas mayores, González-Pedraz señaló que por el momento el Ayuntamiento solo tiene entre sus objetivos seguir con este proyecto concreto, si bien recordó que la Consejería de Sanidad prepara nuevos estudios epidemiológicos en el marco del plan de calidad del aire.
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