Gijón espera un verano de récord con una llegada de turistas superior a antes de la pandemia

La comparativa se hace con respecto a 2019, es decir, antes de la pandemia. Un año en el que la ciudad registró su máximo histórico de visitantes, 1.592.050, de los cuales 1.126.945 eran turistas, es decir, pernoctaron en la ciudad. Y de ellos, un 26,2% visitaron Gijón en pleno verano: 136.475 llegaron en julio y 141.767 en agosto.

Son cifras difíciles de igualar, pero las expectativas son buenas. «Los precios medios están ligeramente por encima», aunque es más que probable ese ligero aumento tanto en ocupación como en precios solo ayudará a amortiguar «la subida de costes como la luz, el gas, la lavandería, que aumentó hasta un 12%...». Costes que «la plaza no ha llegado a repercutir» y que continuarán lastrando la rentabilidad de un sector que en 2019, según el informe 'El turismo en Gijón', registraba un ingreso medio por habitación de 36,93 euros y una tarifa media diaria de 62,89 euros que en julio subía a 74,01 euros y en agosto, 94,54 euros. «Al final será trabajar más para ganar lo mismo», resume Suárez.

Se percibe en los visitantes «menor preocupación por las políticas de cancelación» y algo más de antelación que en los últimos dos años, «quizá también para garantizar un mejor precio». El perfil del cliente se mantiene: «familias y parejas, fundamentalmente nacionales», aunque sí empieza a notarse un incremento en los turistas extranjeros, «muchos mexicanos, argentinos...».

«El verano siempre es bueno, julio y agosto son meses muy consolidados. Lo que necesitamos es un buen junio, que está siendo bueno, mayo, septiembre y octubre», indica Suárez. ¿Hay suficiente oferta hotelera en la ciudad? «En verano faltan plazas, pero durante diez meses al año, sobran». No ayuda la «competencia desleal» que supone la proliferación de pisos turísticos ilegales y a la que el Ayuntamiento trata de poner freno con una campaña que rastrea las plataformas de reservas. También se plantea establecer un límite a los pisos turísticos, 970, que ya superan en plazas a la hotelería tradicional.

Tanto Élida Suárez como Ángel Lorenzo, presidente de Otea Gijón, aseguran que la apertura de la variante de Pajares y la llegada del AVE a la región supondrán «un antes y un después» para el turismo en la ciudad. «Atraerá visitantes de fin de semana, como ocurrió en lugares como León», anticipan. Opinan también que «es importante no solo mejorar el transporte para atraer al visitante, sino trabajar los desplazamientos interiores, porque el turista que viene a Asturias no se queda una semana en Gijón, sino que busca, desde aquí, visitar Covadonga, Cudillero o Lastres».