Faustino Fernández Bobes
DE SOMIÓ A CIMADEVILLA ·
Alcalde y promotor del Muelle del FomentoJANEL CUESTA
Lunes, 9 de mayo 2022, 01:02
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DE SOMIÓ A CIMADEVILLA ·
Alcalde y promotor del Muelle del FomentoJANEL CUESTA
Lunes, 9 de mayo 2022, 01:02
Entre las muchas y variadas noticias que con frecuencia nos llegan consecuentes de lo que 'se cuece' dentro del Ayuntamiento, una de las más recientes es el reglamento de laicidad, que como ya es notorio en estos casos nunca llueve a gusto de todos; pero lo que sí es cierto es que el tema ya ocupaba la atención de nuestros concejales cuando allá por mediados del siglo XIX se les llamaba 'regidores' y concretamente el 26 de octubre de 1848 siendo alcalde regidor don Francisco Javier Camuño y secretario don Vicente de Ezcurdia se acordó el 'Ceremonial del Ayuntamiento de Gijón', deseando consignar en un solo documento sus costumbres y derechos en la Iglesia en los actos públicos, etcétera. Y si bien es cierto que dicho reglamento sirvió de base y referente durante largos años, no lo es menos que lo mismo que ocurre con los nombres de las calles, todo cambia 'según el color del cristal con que se mire'.
Y tras este preámbulo damos un salto de 23 años como prueba evidente de que «no hay nada nuevo bajo el sol» y concretamente el día 27 de junio de 1871 tenía lugar la elección del alcalde presidente del Ayuntamiento de Gijón, siendo elegido don Faustino Fernández Bobes por 17 votos frente a los 7 que obtuvo don Francisco Pérez Carreño. Acto seguido fueron elegidos los tenientes de alcalde por este orden: don José Domínguez-Gil, don Olegario Fontanellas, don Francisco de Cavo, don Gonzalo Uría y don Casimiro Menéndez, sobre el total de los 24 concejales.
Puesto que estaban a dos días de la celebración de la fiesta de San Pedro, patrón de la Villa y Puerto de Gijón, se hizo la pregunta de si siguiendo la costumbre, se había de iluminar la parte de la calle Corrida destinada al paseo, concurriendo la Banda de Música Municipal. Se acordó por unanimidad que se siguiera en esta parte la costumbre, dando orden de que se enciendan todas las farolas de gas del referido paseo y que asista dicha banda. A continuación se trató de si la Corporación había de asistir a la función religiosa de iglesia y procesión que se celebrará el próximo jueves día 29.
Un sector de los concejales estimaba que no se debía asistir en forma de Villa y solo como particular el que quisiera, puesto que como representante del pueblo pudieran existir individuos de opiniones distintas. Otro sector estimaba que por ser una Corporación económico administrativa, no debía tomar parte en ninguna cuestión que no fuese de esta naturaleza y menos en un acto político que tendrá la tendencia de demostrar la divergencia de opiniones de los que la componen.
Don José Domínguez-Gil, que luego sería alcalde en dos ocasiones, intervino alegando que la asistencia a dicha función no era un acto político y que mientras el Estado no fuese ateo, siempre existiría en toda Corporación oficial el derecho de asistir a los actos religiosos dotados por el Gobierno.
Después de una detenida discusión y no habiendo conformidad de pareceres el señor alcalde don Faustino Fernández Bobes lo sometió a votación nominal para que se asistiera voluntariamente. Votaron a favor el señor presidente don Faustino Fernández y otros once concejales: los señores Cavo, Uría, Pérez Herce, Villaverde, Domínguez-Gil, González, Ruiz, Bustillo, Ablanedo, Menéndez (don Casimiro) y Fontanellas. Por que no se concurriese votaron los señores Guilmaín, Rodríguez-Fano, Muñiz, Rozada, Buznego, Boluna, Palacios, Pérez Carreño y Álvarez Valdés quedando acordado por una mayoría de doce votos contra nueve, asistir voluntariamente a la indicada función religiosa, con lo que se levanta la sesión, firmando todos los presentes y certificando el secretario don Carlos Díaz.
El alcalde don Faustino Fernández Bobes permaneció en el cargo hasta el día 1 de febrero de 1872. Había nacido en Noreña el día 15 de febrero de 1827 y contrajo matrimonio con la gijonesa Manuela Carlota de Cabo Álvarez, de cuya unión nacieron sus cuatro hijos.
Al abandonar la Alcaldía se dedicó a su actividad industrial creando la Sociedad de Fomento, que urbanizó lo que se conocía como la Playa y Mar de Pando, construyendo el actual Muelle del Fomento y el edificio para las oficinas de dicha sociedad, que luego pasó al Banco Minero Industria, Banco Urquijo y actualmente es sede del Diario EL COMERCIO, pero esas ya son otras historias.
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