![Entra a robar en un súper de Gijón y golpea a los empleados por una cerveza y un ambientador](https://s2.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2024/06/27/robo-3-kwWD-RZwW2AnTPS1W5MxS7OYKJbJ-1200x840@El%20Comercio.jpg)
![Entra a robar en un súper de Gijón y golpea a los empleados por una cerveza y un ambientador](https://s2.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2024/06/27/robo-3-kwWD-RZwW2AnTPS1W5MxS7OYKJbJ-1200x840@El%20Comercio.jpg)
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Todo ocurrió muy rápido, poco después de la una de esta tarde, en el supermercado Dia de la esquina de las calles Mieres y Saavedra, en Gijón. Ante sus puertas, los vecinos que pasaban por la zona observaban como tres empleados y varios clientes retenían en el interior de la tienda a un joven que se había puesto realmente violento. Todo comenzó cuando los trabajadores del súper notaron que el chaval quería llevarse algo sin pagar. Cuándo le llamaron la atención, lejos de deponer su actitud se puso a gritarles. Y cuando uno de ellos se acercó, sacó una navaja y empezó a amenazarles. Casi sin pensarlo, la encargada y otros dos empleados, también bastante jóvenes, le hicieron frente y le desarmaron, resultando uno de ellos herido con un corte superficial en un brazo, además de llevarse un cabezazo en la cara y un codazo en el ojo, por lo que tendría que ser atendido más tarde. Finalmente, lograron reducirle y retenerle contra la puerta acristalada del local, mientras varios testigos llamaban a la Policía Local.
En apenas tres minutos, llegaba el primer coche patrulla. Segundos después llegaría otro de refuerzo. Los policías, al ver la situación, entraron directamente al supermercado y tiraron al suelo al chaval, que no dejaba de dar gritos. Después, sin perder tiempo, le llevaron detenido y esposado a uno de los coches patrulla. «Soy una persona normal, no sé por qué me estáis haciendo esto», se lamentaba el joven. Había, entre los testigos, quienes lamentaban que «si alguien no tiene para comer, quizás no deberían tratarle así». No opinaban lo mismo los trabajadores del supermercado, que al fin y al cabo eran las víctimas de lo sucedido. «Más allá de que quiera robar algo, el problema es que se puso violento y nos agredió», decía una de las chicas que le hizo frente. «Cuando vi que sacaba una navaja me empecé a preocupar», reconocía la encargada mientras seguía pasando productos de los clientes por el lector de la caja del súper. «Me hice bastante daño en un brazo al tratar de quitársela, pero lo hice», resumía mientras el tercer joven, el peor parado y el más nervioso de los tres, se tocaba preocupado la cara en la que un ojo comenzaba a ponerse morado.
Mientras tanto, tras identificar y tomar declaración a los testigos, la Policía Local de Gijón se llevó detenido al joven por un presunto delito de robo con fuerza. Lo que aún no sabían era que lo que había intentado robar era tan solo una lata de cerveza y un ambientador que, en total, tendrían un coste de cinco euros. El joven, que no dejaba de gritar tampoco en el interior del coche patrulla, se llegó a golpear intencionadamente la cabeza con el asiento delantero en varias ocasiones. Una vez se fue la policía con su detenido, tras recoger también las pruebas y sus objetos personales, el gentío que contemplaba toda la escena comenzó a dispersarse. Los trabajadores del supermercado seguían atendiendo a los clientes, casi como si nada hubiese pasado.
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