La empresa del Acuario plantea hacer un zoo de 40 hectáreas con fondos de la Unión Europea

El plan incluye en el otro costado uno de los oceanarios más grandes del continente, de cinco millones de litros, a ubicar en la dársena contigua. Supone un reto para la filtración y tratamiento de aguas. El usuario llegaría a él desde una planta sótano y se encontraría al otro lado de la cristalera a especies espectaculares y de importante envergadura, como los tiburones toro y martillo y el pez luna.

La fachada del complejo sería reformada para volver al ladrillo de los entornos portuarios y fabriles del siglo XIX. En la plaza de acceso se ubicaría una escultura monumental, de unos diez metros de altura, con motivos marinos y que ejerza de imán para que los turistas vayan a echarse la tradicional foto.

A esta propuesta, detallada la semana pasada por EL COMERCIO, la empresa acaba de agregar otra: completar la oferta turística de Gijón con un 'bioparc' de entre 30 y 40 hectáreas. El concepto lo explica así Daniel Pons, consejero delegado de Rain Forest: «La técnica que seguimos es la de un zoo inmersivo, en el que el visitante no encuentra barreras artificiales ni elementos que le recuerden a una verja; los animales viven en ecosistemas similares a los que tenían en el medio natural, en recintos multiespecie. Lo que buscamos es emocionar; nadie puede ir a Kenia a conocer los animales de la sabana pero tratamos de traer esa experiencia».

En su haber y como referencia la sociedad gestiona ya los 'bioparcs' de Fuengirola (que funciona con este nombre desde 2010 tras reconstruir por completo el anterior zoo de la ciudad malagueña) y el de Valencia (inaugurado en 2008 y que tiene ahora un proyecto de ampliación con un parque de aventuras).

El que se plantea para la ciudad se centraría en la biodiversidad cantábrica y la de otra geografía compatible: la de Indochina. «El ejemplo de este tipo de combinaciones está ya en el Jardín Botánico, que te muestra la vegetación de aquí y la de los bosques americanos», desgrana. Se enseñaría al oso pardo cantábrico pero también «al oso panda, el panda rojo, orangutanes, el falso gavial, el tapir malayo o diferentes especies de monos».

Rain Forest está entre «las cuatro o cinco mejores empresas en hacer esto», asegura su consejero delegado. ¿Qué inversión requeriría el Bioparc? «El que tenemos ahora en Valencia es más pequeño pero en suelo urbano, y necesitó 70 millones; en un entorno rural puede salir por unos 30 millones, hay que ver la ubicación, los movimientos de tierra y el proyecto», expone.

Las cifras de inversión remiten a otro tiempo. Tras culminar la regasificadora, el superpuerto y la ZALIA, los grandes desembolsos de las administraciones se han ido a proyectos menos espectaculares pero necesarios, como las depuradoras, pozos de tormentas y la comisaría. En Rain Forest son conscientes de ello pero defienden que los fondos de la Unión Europea marcan otro contexto que hay que aprovechar: «Esto solo puede salir adelante con apoyo institucional, inversión pública y privada, y apoyado en el Plan de Reconstrucción y Resiliencia», indica Pons. Alude al primer tramo de las nuevas ayudas europeas (360.000 millones de ayudas) como al segundo (financiación en condiciones ventajosas).

«Una de las líneas del Plan de Recuperación pasa por reactivar el turismo procurando su modernización y competitividad, y eso lo consigues haciendo destinos únicos, diferenciados», asegura el consejero delegado de Rain Forest. De ahí nace la propuesta de 'La Puerta del Paraíso': «Lo que proponemos es cambiar el turismo de Gijón y de Asturias por completo, con una oferta desestacionalizada y familiar distinta. La gente vendría aquí, en estancias de dos o tres días, para poder conocer el Acuario ampliado, el Bioparc, el Jardín Botánico y el Museo del Jurásico de Asturias».

La empresa ha hecho sus cuentas. Considera que caso de materializarse, el Acuario ampliado y el bioparc Cantábrico atraerían a entre 400.000 y 500.000 visitantes anuales. «Es un cálculo conservador si tenemos en cuenta que Cabárceno está en unos 600.000», matizan.

En esos términos el impacto en términos de renta para Gijón sería de unos 25 millones al año. «Estimamos entre 150 y 170 empleos directos con el Bioparc y otros 500 indirectos», abunda el responsable de la empresa. «Esto sería muy potente; aprovecharía el dinero europeo para hacer aquí una oferta única que cambie el turismo», destaca.

La empresa dice tener a ingenieros y arquitectos listos para desarrollar los proyectos, siempre que encuentren el apoyo institucional y la financiación europea para unas instalaciones que, como el Acuario, seguirían siendo de titularidad pública.