Yeardeli y Emily, ayer, junto a un mural como los que Nicolás pintó en diversos lugares de Gijón.. tuero

«Le dispararon directamente a la cabeza»

Nicolás Guerrero, que vivía en Gijón desde 2017 con su mujer Yeardeli y su hija Emily, falleció el lunes en las protestas populares de Colombia

MARCO MENÉNDEZ

GIJÓN.

Viernes, 7 de mayo 2021, 03:01

El 13 de marzo de 2017 llegó a Gijón una joven familia colombiana que había elegido la ciudad para buscar una mejor calidad de vida y, tras un tiempo, volver a su país. Eran Nicolás Guerrero, un grafitero conocido como 'Flex' que dejó ... su impronta en las paredes de Cimavilla y Moreda; su mujer Yeardeli Muñoz, artesana dedicada a la acuarela y al crochet, y su hija Emily. Hace cuatro meses que Nicolás Guerrero, de 26 años, volvió a Cali, donde le salió una importante oportunidad laboral y el destino quiso que el pasado lunes perdiera la vida tras recibir un disparo en la cabeza durante las protestas populares contra el proyecto de reforma tributaria del Gobierno de Iván Duque. Ayer tuvo lugar, en la plaza del Humedal, una vigilia en su memoria y en la de los otros 30 fallecidos en estas movilizaciones. Unas 300 personas, la gran mayoría colombianas, quisieron arropar a esta familia destrozada.

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«Estoy viviendo el dolor de Colombia en carne propia», aseguró Yeardeli Muñoz, de solo 27 años, quien, junto a su hija Emily, de 8, participó por la mañana en la elaboración de un mural en memoria de Nicolás en la fachada de la Casa Sindical. «A mi esposo le dispararon directamente en la cabeza, cuando estaba con sus amigos, destrozando a una familia», apuntó.

Sabían lo peligrosa que se había vuelto la situación en Colombia. Sin embargo, el la tranquilizó antes de partir. «Me dijo: 'No te preocupes mi amor. Yo me dejo matar por mi país y por asegurar el futuro de mi hija'», apuntó Yeardeli sin poder contener la emoción. Su marido había regresado porque «le salió un proyecto para la Alcaldía de Cali para hacer varios talleres artísticos y decorar todos los municipios. Eran varios meses de trabajo, pero no lo pudo culminar».

Aunque llevaban once años de relación, se habían casado hacía cuatro. Tenían su proyecto de vida dirigido a poder regresar algún día a su país. Eso no lo olvida Yeardeli: «A partir de ahora, toca arrancar con un proyecto personal, porque también soy artesana. En el momento adecuado quiero volver a Colombia para rendir homenaje a mi esposo y que esté orgulloso de su familia».

Decenas de pancartas, velas y banderas de Colombia llenaron en la tarde de ayer la plaza del Humedal para rendir este sentido homenaje. Todos los colombianos presentes en este acto saben de los difíciles momentos que se están viviendo en su país de origen. Incluso lo sabe la pequeña Emily, quien dijo: «Mi papá era grafitero y están pintando su cara en muchas partes de Colombia. Por favor, dibujarle». Así será, pues Nicolás pronto tendrá su retrato en la Casa Sindical, como en tantos lugares de Sudamérica y que ya se pueden ver en las redes sociales, ante «la necesidad de que esto pare».

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