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Más de un millar de personas despiden entre lágrimas y aplausos a Floro. Una cadena humana desde Laboral hasta el tanatorio aguardó minutos antes del inicio de la convocatoria. Amigos y compañeros del hostelero Florentino Gordillo se abrazaban aún incrédulos por el inesperado fallecimiento ... de un «hombre bueno que supo unir».
A las doce, el coche fúnebre salió desde las instalaciones funerarias para recorrer todo el trayecto que discurre hasta la puerta de la Universidad Laboral. Entonces los aplausos resonaron y las lágrimas brotaron aún más intensamente. Su hermano José y sus sobrinas, abrazados vivieron unos momentos duros y «de gran orgullo» al comprobar el gran número de amigos que Floro cosechó en vida.
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