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El delfín ha aparecido este jueves nadando en el Puerto Deportivo de Gijón. Foto: José Simal | Vídeo: Aida G. Fresno

Un delfín contra el laberinto marítimo del Muelle de Gijón... y la tediosa burocracia

Dos bomberos lograron trasladar al cetáceo en moto acuática y camilla hacia Peñarrubia tras seis horas sin recibir respuesta del Principado

María Agra

Gijón

Jueves, 3 de abril 2025

Seis horas de odisea burocrática para sacar del Puerto Deportivo de Gijón a un delfín común que apareció a primera hora de la mañana de este jueves nadando en las aguas del Puerto Deportivo. Concretamente, en la dársena de Fomentín, entre las 'Letronas' y el espigón central. Estaba solo y parecía desorientado. Los servicios de emergencias recibieron el primer aviso en torno a las ocho de la mañana, pero no fue hasta las once y media -tres horas después- cuando aparecieron la Policía Local, dos agentes medioambientales del Principado y otros dos del Ministerio para la Transición Ecológica para evaluar la situación del animal.

En ese tiempo, la capacidad natatoria del ejemplar -que «parece un juvenil»- se iba tornando cada vez peor. «Hay que observar cómo nada y qué hace», apuntó Pablo Rhodes, uno de los agentes medioambientales del ministerio, mientras sus compañeros llamaban a la Red de Varamientos del Principado y enviaban vídeos de su estado a la espera de una respuesta oficial. Entretanto, el delfín cada vez se sumergía menos, sacaba continuamente la cabeza y por momentos nadaba escorado. Todo ello, sumado a que la marea estaba bajando.

Protocolo incumplido

Ante la ausencia de parásitos externos y de daños físicos, los agentes medioambientales barajaban tres opciones: que se tratase de un problema respiratorio, muscular o neurológico. Y en cualquiera de los tres casos «la pinta no es buena y no parece que tenga mucho futuro», afirmó Iván Vázquez, el otro agente del ministerio.

Estuvieron tres horas esperando la llegada de un veterinario de la Red de Varamientos para decidir qué hacer con el mamífero, pero no sucedió. Tampoco llegó ningún equipo de la Red de Varamientos, ni se cumplió el protocolo de actuación ante varamientos de cetáceos, que dispone que «cuando un animal tienda a acercarse a una zona de difícil acceso, se deberá intentar su traslado a alguna zona (cala tranquila, desembocadura de un río...), lo más cerca posible del lugar donde se esté produciendo la incidencia, con el fin de asistir convenientemente al animal y disminuir los riesgos para el equipo de varamientos».

Solo aparecieron una veterinaria y el jefe de actuaciones de Tragsa (empresa que presta servicios relacionados con el medio rural y la conservación de la naturaleza), que llevaron una camilla para su traslado y continuaron explorando vías para el 'rescate'. Finalmente, ante la falta de decisión del Principado y la crispación creciente de algunos ciudadanos, que llevaban horas presenciando el malestar del delfín sin actuación aparente, fueron dos bomberos -junto a la veterinaria de Tragsa- quienes lograron subirlo a una camilla remolcada a una moto acuática y trasladarlo a la playa de Peñarrubia.

Desenlance incierto

Allí, la idea era controlar su evolución para ver «si vara en la orilla o se recupera», explicaron los ingenieros de Tragsa y los vigilantes medioambientales del ministerio. Sin embargo, los agentes intervinientes se negaron a proporcionar más información sobre su evolución una vez suelto en mar abierto y se desconoce el desenlace. Lo único claro es que el Principado no cumplió su papel.

Ante la confusión reinante, el Acuario aclaró que, pese a su proximidad, no tiene competencias para actuar en este caso, pues solo está contemplada su intervención con focas y tortugas.

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