«Hemos dado un paso más para salvar el piragüismo en Gijón»

Cristina Olaguíbel, madre de un joven piragüista del Grupo y una de las impulsoras de las campañas para mantener abierto el anillo, señala que han dado «un paso más para salvar este deporte». Lo dice por la decisión municipal de que el proyecto de recuperación y renaturalización del cauce debe respetar que se mantenga el deporte que practican «un montón de niños». Entre ellos, su hijo, de 13 años. En el grupo de su hijo son una quincena de palistas.

Algunos, incluso, aspiran a dedicarse de modo profesional a este deporte. Este es el caso de Guillermo García, de 11 años, que lleva desde los 7 paleando. «Mi sueño es ser como mi tío», dice García, que tiene como referente a su familiar Saúl Craviotto.

Olaguíbel dice que están «expectantes por ver cómo se va a materializar y concretar esa compatibilidad». Ellos tienen una idea clara y siguen apostando por el anillo navegable. «Creemos que es la opción más segura y económica para mantener la práctica de este deporte», incide esta madre que cree estar, junto con los demás grupistas, «más cerca de conseguirlo».

Añade que mantener el anillo solo «atrae beneficios». También piensa en poder dejar atrás los desplazamientos a Trasona, que tantos «trastornos» ocasiona a las familias de los palistas.

«Este es un movimiento más para lograr que el río esté abierto a todos aquellos que practican piragüismo en Gijón, no solo beneficia al Grupo. Es un bien común», defiende Jesús García, padre de dos jóvenes palistas con experiencia de cuatro años. «Se necesita dar apoyo a un deporte del que han emergido gran cantidad de deportistas olímpicos», añade García.