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E. GARCÍA / I. VILLAR
GIJÓN.
Sábado, 15 de mayo 2021, 02:41
«No lo digo yo, lo dicen los diferentes informes de las universidades: la situación del río Piles es mejor de la que era», aseguró ayer el concejal de Medio Ambiente, Aurelio Martín, en conversación con EL COMERCIO. Y matizó: «Creo que tiene una ... situación mejor, pero aún mala». El motivo es que «le faltan un conjunto de inversiones muy potentes que tienen que ver con el saneamiento». Se refiere, fundamentalmente, a la obra del colector del río Peñafrancia, que a la altura del Palacio de Deportes recoge también las aguas que llegan desde Somió a través de la canalización del arroyo de La Pipa. Es «uno de los principales» que discurren bajo el Piles y «estaba dando muchos problemas». Su arreglo, para que deje de provocar filtraciones, requerirá «una inversión de un millón de euros». La Empresa Municipal de Aguas está terminando el proyecto, cuya ejecución dependerá del Principado, que tiene presupuestados 400.000 euros este año y los 600.000 restantes el que viene.
«En el ámbito privado, la mayor parte de las obras están acabadas», abundó Martín, quien quiso agradecer que «todas las entidades privadas hayan ayudado». «Estamos también inspeccionando prácticamente todos los días el río aguas arriba», añadió. «Queda el gran proyecto de renaturalización del río, y en este sentido tenemos ya el borrador de prescripciones técnicas para encargar el estudio y el proyecto ejecutivo de obra».
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Ese 'gran proyecto' deberá estudiar la posibilidad de compatibilizar la recuperación ambiental del río con la práctica del piragüismo y analizar la propuesta del Grupo Covadonga de instalar compuertas hinchables para mantener el anillo navegable. En caso de que se concluya que este no es viable, el Ayuntamiento analizará si la práctica de piragüismo puede realizarse en otras partes del río. La propuesta de Diego García de Jalón, profesor de la Universidad Politécnica que firma el estudio que apuesta por eliminarlo, pasa por trasladar las piragüas e incluso plantear el efecto de la instalación de las barreras hidráulicas en el tramo de estuario, que es «mucho más ancho, profundo y al subir y bajar la marea tiene otra dinámica».
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