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OLAYA SUÁREZ
GIJÓN.
Miércoles, 16 de septiembre 2020, 01:39
«Había restos de sangre por casi toda la casa: en las escaleras, en la cocina, en el baño y en las habitaciones, además de en varios objetos, como una piedra de más de cinco kilos que estaba en una repisa». Los agentes de la Guardia Civil que llevaron a cabo la investigación de la muerte de la gijonesa Paz Fernández Borrego en Navia, declararon ayer en la segunda sesión del juicio a Javier Ledo ... que el fallecimiento «no se produjo por accidente», como había alegado el procesado en su relato ante el jurado popular.
A juicio de los investigadores, «las lesiones que presentaba en la cabeza no era compatibles con una caída, sino que más bien apuntan a golpes con un objeto». «El cuerpo no se arrastró por la casa porque la sangre no era por arrastre, era por goteo de haberlo trasladado de la planta de arriba a la de abajo», abundaron. Además, relataron que durante el registro en la casa familiar del acusado donde se produjo el deceso de la mujer de 43 años comprobaron que «el lugar había sido limpiado a fondo con productos de limpieza potentes». Aún así, las minuciosa inspección realizada por la Policía Científica reveló la presencia de sangre en distintos puntos del inmueble, no solo en la escalera donde supuestamente, según el relato de Ledo, Paz se cayó y se mató.
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Las declaraciones de los agentes no solo rebatieron la causa de la muerte que sostiene el acusado, también la relación que mantenía con la víctima. Si Javier Ledo asegura que no eran pareja sentimental y que únicamente contrataba sus servicios como prostituta, los guardia civiles aseguraron que de las entrevistas llevadas a cabo con diferentes personas de la zona y con familiares de la víctima «quedaba claro que había un vínculo o una relación más allá de la amistad». Pusieron como ejemplo las prendas de ropa del procesado encontradas en el piso de la víctima en Nuevo Roces o los testimonios de numerosas personas que aseguraron haberlos visto «juntos en establecimientos públicos con un comportamiento de pareja». Se suma también en análisis de los teléfonos móviles, en los que los agentes encontraron «muchas conversaciones de whatsapp mantenidas entre ambos y fotografías con sus respectivos hijos, similares a las normales entre una pareja».
Sobre el motivo que había llevado a Paz Fernández Borrego a Navia, indicaron que se había desplazado desde Gijón «para recibir dinero de un cliente con el objetivo de reparar el motor de su autocaravana». Una vez recibida una cantidad importante para el taller, «gastó cien euros en las máquinas tragaperras».
Es precisamente un motivo económico al que alude Javier Ledo como origen de la supuesta trifulca entre ambos y no un asunto de celos como sostienen las acusaciones particulares.
En la segunda sesión de la vista oral que se celebra a lo largo de toda la semana en la Sección Octava de la Audiencia Provincial testificó también la hermana de la fallecida. Fue ella la que interpuso la denuncia por desaparición el 14 de febrero de 2018, después de desplazarse a Navia para recoger el perro de la víctima. «Me avisaron que el perro estaba solo por la calle, cerca de la pensión donde se quedaba mi hermana, fui a buscarlo y ya supe que a Paz le había pasado algo malo; nunca se iría sin avisar a su familia».
Al parecer, aquel día Ledo «insinuó que podría haberse suicidado». «Ella nunca jamás tuvo esa idea, al contrario, estaba llena de vida y de planes...», explicó en una emotiva declaración en la que recordó a su hermana como «una persona muy buena, vivía el aquí y el ahora, nunca robaría dinero de nadie, creía en la reciprocidad universal».
Durante los 21 días transcurridos hasta el hallazgo del cadáver en el embalse de Arbón, estuvo «en permanente contacto con Javier Ledo». «Nos preguntaba cómo iba la investigación, se interesaba por saber quién era el sospechoso y aparentaba estar muy preocupado, a pesar de que ya era el principal sospechoso... Llegué a dudar de él, porque intentaba desviar la atención hacia un amigo de mi hermana», añadió la testigo, a quien el magistrado de la Sección Octava de la Audiencia Provincial tuvo que apercibir en varias ocasiones por hacer indicaciones al jurado popular o hacer gestos al acusado.
La fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio y pide para Ledo 15 años de cárcel. Las acusaciones particulares piden para él 25 años de prisión por asesinato y la defensa mantiene la libre absolución o de forma subsidiaria tres meses de cárcel por una imprudencia grave.
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