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MARÍA CIDÓN KIERNAN
GIJÓN.
Miércoles, 19 de agosto 2020, 00:12
La Consejería de Educación está notificando a los colegios de Gijón las aulas de más de las que podrán disponer el próximo curso para poder cumplir el protocolo de seguridad. La norma afecta especialmente al alumnado de entre primero de Infantil y cuarto de ... Primaria, pues la ratio se reducirá de 25 a 20 alumnos por clase, aunque excepcionalmente podrá haber 21. En pleno agosto -con los directores teóricamente de vacaciones, pero trabajando para que el curso pueda comenzar presencialmente y según las directrices de Educación, han recibido un correo electrónico con la autorización.
En la concertada, habilitarán más de 40 (entre 40 y 45) y en la pública, más de 30. De los treinta colegios públicos que hay en la ciudad, EL COMERCIO ha podido contactar con veintiuno, que necesitarán 31 aulas. Los desdobles corresponden fundamentalmente a clases del mismo curso (25 unidades) y hay seis 'interniveles', con alumnos de distinto curso. Seis centros, en cambio, no necesitarán abrir más.
A 22 días de la vuelta a las aulas -el 10 de septiembre-, los equipos directivos siguen organizando espacios. Podrán hacer uso de otros disponibles como las salas de música, idiomas o el salón de actos. El colegio Jovellanos -con 640 alumnos- tendrá que habilitar un aula más por curso entre primero y cuarto de Primaria. Para ello, harán uso de la biblioteca, la sala de psicomotricidad y las aulas de optativas. El espacio ha supuesto más de un quebradero de cabeza, pero al final el centro ha encontrado el modo de resolverlo, al igual que la distribución de alumnos. «Ha sido complicado porque había que organizarlos según las optativas y las necesidades educativas», reconoce la directora, Yolanda López. Además de esas cuatro aulas, contará con una mixta para niños de 4 y 5 años.
Ahora bien, una de sus mayores inquietudes -y así lo sigue manteniendo- es la organización de las entradas y salidas para sus más de 600 alumnos y el acceso por la escalera a clase. «Seguro que lo logramos, pero es complejo. Es como un Tetris. Si quitas una pieza, se te mueven todas las demás», dice López.
Hay colegios, como el Lloréu, que han decidido dejar tan solo los pupitres en las aulas y sacar a los halls, con amplitud, estanterías y armarios. El espacio no será problema en el Tremañes, que contará con dos clases más: una, para segundo de Primaria, para cumplir con el protocolo antiCOVID y otra en Infantil, para dividir la unidad de cinco años que, dado el número de alumnos, supera la ratio. «No tenemos problema de espacio. Es un colegio que se construyó como de línea 3 (tres aulas por curso)». En Vega, en el colegio Jacinto Benavente la superficie disponible tampoco inquieta. Sí, en cambio, que Educación les pida hacer un aula mixta para los alumnos de tercero y cuarto de Primaria. «Me sorprende -asegura su director, Miguel Ángel Suárez- porque necesitaría una unidad para cada nivel de tercero y cuarto. No entiendo con qué criterios se crea el aula mixta, no nos han consultado. Esto nos rompe los esquemas», agrega. Aparte, tendrá una segunda aula para segundo de Primaria.
Otros datos que van conociendo son los tutores con los que contarán, aunque aún no se han formalizado las contrataciones, pendientes de la segunda adjudicación de profesores interinos, prevista para septiembre. Es más, más allá de la COVID, les siguen faltando profesores. En el colegio Xove -de línea 1- aún no tienen asignado el de Inglés, Primaria y Audición y Lenguaje. O en el Monteana, a las profesoras de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje. «Aún no hubo convocatoria».
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