Alonso Ordás se dirige cabizbajo a la reunión con los hosteleros en la sede de la Cámara. ARNALDO GARCÍA

La Cámara de Gijón teme reclamaciones y puede verse abocada a un ERTE

Plantea compensar a sus expositores con la organización de otras ferias sectoriales con menor aforo y afluencia de público

M. MORO

Gijón.

Miércoles, 15 de julio 2020, 00:50

«La vida sigue, pero estoy defraudado». El presidente de la Cámara de Comercio, Félix Baragaño, no ocultó ayer sus sensaciones tras confirmar que el enorme empeño realizado por él y todo su equipo en los últimos meses para que se celebre la ... Feria ha sido en vano.

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Baragaño reconoció que, a raíz de la cancelación del certamen, la entidad que preside va a tener que gestionar una situación de «gran complejidad que va a traer cola». «Vamos a tener que negociar con guante de seda, por ejemplo, descuentos para ediciones futuras», avanzó. De hecho, reconoció que no descarta que algunos expositores que se sientan damnificados puedan reclamar a la entidad daños y perjuicios por lucro cesante, ya que, al margen de los pagos adelantados por los estands, hay empresas y profesionales que habían realizado importantes inversiones para poder acudir a la cita comercial.

El mandatario cameral, de camino a Navarra por un viaje de trabajo, aseguró que confía en que las reclamaciones no sean la tónica general. «Aproximadamente el 90% de nuestros expositores son de muchos años y existe una relación de confianza para encauzar las cosas. Pero desde luego que para muchos es un trastorno muy grande, porque hay gente que compró mercancía o que reservó estancias hoteleras», valoró.

«La vida continúa, pero estoy defraudado», reconoció ayer el presidente cameral, Félix Baragaño

Y en cuanto a la repercusión en la propia Cámara de la suspensión de la Feria también reconoció que «puede tener su calado» y probablemente se vean abocados a aplicar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) con la plantilla de trabajadores. Los ingresos por la celebración de la Feria, explicó Baragaño, vienen suponiendo entre el 40 y el 45% de las ganancias anuales de la Cámara.

Durante el periodo de confinamiento del estado de alarma la Cámara se libró de los ajustes de personal por el Sespa, ya que se mantuvo actividad gracias al montaje y posterior mantenimiento del hospital de campaña que se montó en el pabellón central. Paradójicamente puede ser ahora este mismo servicio de la Administración regional el que lleve a regular a la plantilla.

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El último ejercicio cameral se cerró con un superávit de 400.000 euros y ya se daba por hecho que probablemente habría números negativos este año aunque se celebrase la Fidma.

La Cámara emitió ayer un comunicado institucional en el que manifestó «su pesar» por la decisión del Gobierno del Principado de Asturias de prohibir» la celebración de la 64 edición de la Feria, si bien aseguró que «acata las consideraciones que ha tenido en cuenta el comité técnico para tomar una disposición de esta índole, pues el riesgo por la COVID-19 sigue latente».

Además, anunció que buscará lo antes posible alternativas que favorezcan a los diferentes sectores presentes en la Feria e «intentará organizar otras ferias de carácter sectorial y específicas (por ejemplo del hogar y del vehículo) que contemplen un menor aforo y afluencia de público». La Cámara, además, informará sobre la resolución del Principado a todos los expositores que hasta la fecha habían confirmado su presencia para esta nueva edición, «que suponían más del 80% de los habituales, y que habían realizado importantes esfuerzos para adaptar los diferentes stands a las exigencias sanitarias».

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