El Ayuntamiento de Gijón refuerza los controles para acabar con los pisos turísticos ilegales

Técnicos de estas dos concejalías formarán parte de un grupo de trabajo creado ex profeso para llevar a cabo ese trabajo que tiene como fin último acabar con los alojamientos ilegales. No partirán de cero. Desde hace ya algo más de un año, Turismo cuenta con una aplicación informativa que permite rastrear el mercado y detectar las viviendas que carecen de la preceptiva autorización regional. Sus titulares pueden enfrentarse a sanciones municipales que van de los 150 a los 6.000 euros, por una infracción leve, además de otra multa del Principado.

Otra medida que ya está en marcha es la que permite contar con una radiografía real de la distribución de las viviendas de uso turístico por todos los barrios de la ciudad, zonificando el mapa de Gijón y permitiendo actuar en aquellos barrios en los que se detecte que la situación pueda estar empezando a tensionarse. Y es que la suma de las plazas de las viviendas de uso turístico y de las viviendas vacacionales (más de 5.300 en más de 1.100 alojamientos) ya supera las de las habitaciones de los establecimientos hoteleros (hoteles, pensiones, hostales y apartamentos turísticos) de la ciudad. Y va en aumento. Ahora mismo, la mayor presión de este tipo de alojamientos la soportan los barrios de La Arena-Viesques, la zona centro y Cimavilla. Entre los tres suman el 60% de plazas de viviendas de uso turístico existentes en el mercado.

Es precisamente la situación del barrio alto una de las que más preocupa al equipo de gobierno, que sopesa aprovechar la revisión del Plan General de Ordenación o del PERI de Cimavilla para poner coto a la proliferación de pisos turísticos en el barrio. Esta, confirman fuentes municipales, es otra de las medidas que se incluirán en el plan que se está elaborando.

Con esa zonificación de la ciudad en función del número de VUT existentes, se aplicarán distintas medidas. Tal y como publicó este periódico, desde Turismo están estudiando los ejemplos seguidos por otras ciudades, como San Sebastián y Cádiz. En la ciudad vasca el ayuntamiento ha atribuido una categoría (A, B o C) a cada zona de la ciudad y, a partir de ahí, una normas concretas a cumplir. En la A no se dan más licencias; en la B hay que cumplir distintos criterios, según se instalen en la planta baja, primeros pisos y superiores; y la C es más laxa.